Cara de panoli sí parece que tiene pero de eso a que le engañaran pues ¿qué quieren que les diga? Lo que parece acreditado es que se valía de su condición sacerdotal para introducir subrepticiamente objetos o mercancías en la cárcel.
Y a cualquiera se le ocurre algo elemental. Si se tratara de una novela, de un paquete de Kleenex o de fotografías de los hijos de un preso todo ello puede introducirse por el conducto normal. Declarándolo. Luego algo especial debía haber para recurrir a un cura que no era cacheado.
A lo que parece en Barcelona hay unos curas rarísimos. Uno paga abortos, otro recomienda no apoyar económicamente a la Iglesia, un tercero arenga, magnetófono en mano al clero contra su cardenal y el Vaticano, el cardenal sucesor se empeña en que ese mitinero sea obispo auxiliar... Y ahora tenemos a otro introduciendo droga en la cárcel. Pues, a riego de que alguno se moleste, da la impresión de que el que debía estar no está. Nostach donde debech.