Los atuendos del cardenal Martini.

Acabamos de leer, en alabanza de Entrevías, críticas al cardenal Rouco por mitra, báculo y casulla. Que según los de siempre no tienen nada que ver con la última cena de Jesucristo. Vamos, que Cristo de haber vivido hoy llevaría vaqueros, camisa a cuadros y seguramente hasta piercing.

Yo no tengo nada que objetar a quien piense de ese modo. No comparto esas ideas pero cada cual tiene las que quiere o las de que es capaz. Pero sí quiero poner de manifiesto las dos varas de medir que tienen estos chicos.

No les gusta el cardenal Martini por miembro del Sacro Colegio o por arzobispo. Esas cosas más bien les repatean. Si les encanta el emérito de Milán es porque le tienen por contestatario. Porque parece que aventura críticas al Papa.

Pues a ver que dicen de la fotografía que ilustra el comentario. El solideo rojo no se lo apea. Que se note que es cardenal. Pero lo que ya es una pasada son los armiños. Se pone eso el cardenal Rouco y tenemos un mes, como poco, de críticas desaforadas. De ateos, de Entrevianos, de gays y lesbianas y de no sé cuantos colectivos ecologistas desolados por la muerte de los armiños que adornasen los hombros del cardenal.

Pero ya veréis como de Martini no se dice nada. Aunque mañana saliera con abrigo de visón.

Aquí ya nadie se chupa el dedo.
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