Ya hay que contar con nosotros.

El largo pontificado de Juan Pablo II y los tres años transcurridos del de Benedicto XVI supusieron un giro espectacular. Lo que decíamos resultó que era lo que dice Roma. Y que la voz del Papa era nuestra voz.
Tras un larguísimo trabajo de sustitución que parecía nunca iba a llegar a término, hoy, la gran mayoría de los obispos piensa y habla como el Papa. Sería presuntuoso decir que tienen nuestra voz pero es evidente que nuestra voz es igual que la de ellos.
Hubo un tiempo, no muy lejano pues estoy hablando de hace treinta años, en el que yo, y quienes pensábamos de igual manera, apenas nos sentíamos identificados con el diez por ciento de los obispos de España. El cambio ha sido tan llamativo que en estos momentos aquel noventa por ciento de obispos que nos repelían y nos rechazaban no llegará al diez por ciento.
Y aquella Iglesia que entonces se desmoronaba hoy renace. Con dificultades ciertamente pues es mucho más fácil derruir que edificar. Paero ya hay impulso, vida, ilusión y gozo.
Y tras los obispos, reconvertido alguno y de nueva creación los más, ha venido como era normal el clero. A los sacerdotes de la secularización y la protesta les sucedieron los del trabajo y la fidelidad. Cierto que todavía queda una parte importante de aquella penosa herencia pero la mayoría de ella está ya en edad de jubilación o en puertas de la misma. Afortunadamente se van, se están yendo, y carecen de relevo.
A todo esto se ha unido, y con fuerza imparable, internet. Ya todo el mundo tiene voz. No se puede acallar a nadie. Y curiosamente sólo se nos escucha a quienes antes no oía casi nadie. Los Blogs de la contestación apenas reciben visitas. Los nuestros tienen los aliviaderos a chorro libre.
Hoy os comunico una noticia que hace unos años sería impensable. El protagonista de ella es un viejo y muy querido amigo, verdadero campeón en estas lides internáuticas en defensa de la Iglesia. Y cuando digo viejo quiero expresar que la amistad parece de toda la vida. Aunque no sea así. Por la edad podría ser mi hijo y nos conocimos no hará cuatro años. Desde el primer encuentro, en Zaragoza, surgió esa camaradería que sólo nace en la trinchera donde te juegas todo ante el enemigo. Porque en la trichera estábamos, a cuerpo limpio, recibiendo tiros de todos lados. Y respondiendo a ellos. Movidos exclusivamente por el amor a Cristo y a su Iglesia.
Pues ayer, la Agencia Zenit, entrevistaba a Luis Fernando Pérez Bustamente en más que notable elogio. Creo que todos los que estamos en el mismo combate nos podemos sentir orgullosamente entrevistados en su persona.
Religión en Libertad, de la que Luis Fernando es el alma, recibe un importantísimo respaldo. Podemos, debemos, felicitarnos por ello.