No me las voy a dar de profeta. O de adivino. Pero dos horas o tres depués de mi anterior post, tres artículos en Religión Digital poniéndole a parir. Y seguro que ha habido algunos más en otros ámbitos.
Pues, Don Bernardo, tranquilidad. Estamos con usted. Habríamos dicho lo mismo. Más duramente o menos. Es igual. Los católicos no veneramos el ejercicio homosexual. Tampoco nos metemos con él. Lo dejamos en la conciencia de cada uno aunque pensemos que no es lo natural. Pero tampoco se nos debe hostigar mucho. Porque igual nos hartamos de nuestra tolerancia.
Respecto a los chaperillos de edades tan jóvenes creo que no estuvo usted afortunado. Aunque haberlos puede haberlos. Con algún año más no me cabe la menor duda. Viven y quieren vivir de eso.
Y sigo pensando, y seguro que usted también lo piensa, que con conductas sacerdotales de ese tipo, tolerancia cero. Ni una. Me es igual que tengan trece, quince o veinticinco años. Lo que sea delito, a la cárcel. Y si no lo es, a la calle.