Las diócesis vascas se han molestado.
Parece que se ha recurrido a procedimientos de camuflaje para obtener las entrevistas. Ciertamente no parece honesto. Pero, ¿es grave? ¿Por el entrevistante o por el entrevistado? A mí puede venir un periodista de El Mundo perfectamente identificado o un señor que dice llamarse Pablo Pérez y ser alumno de Veterinaria y que en realidad se llama Pedro Sánchez y es vendedor de automóviles y me pregunte sobre lo que me pregunte mi respuesta sería la misma. El problema no está tanto en la identidad del entrevistante sino en que, según se trate de uno u otro se responda una cosa u otra o se responda o no por el entrevistado.
Y ante ese doble juego, o doble moral, o doble cara, hay gente que recurre al camuflaje.
Los obispados vascos se han molestado. Pues, que se desmolesten. Ellos llevan muchos años fastidiando a la casi totalidad de los católicos españoles y a una buena parte de los católicos vascos.
Una camarilla nacionalista, en más de un caso simpatizante de ETA, sobre la que planea la negra sombra de Setién y es manejada por su hijo putativo Uriarte, cuyo paso como auxiliar por Bilbao aun tiene hipotecada aquella diócesis, es la Iglesia vasca ante la absoluta nadedad de los otros tres obispos: Blázquez, Asurmendi y Echenagusía. Una Iglesia además en almoneda.
¿Y se atreven a protestar porque alguien se ha valido, para hacer un reportaje que me han dicho es bastante malo, de medios engañosos? Vienen como anillo al dedo los versos del clásico: Arrojar la cara importa, que el espejo no hay por que.
Yo pienso que a Nicole Kidman no le preocupará demasiado que un fotógrafo la capte sin maquillar. Con Marujita Díaz o Sara Montiel sería trágico. Ya lo es incluso con maquillaje. Pues, mutatis mutandi. Supongo que la mayoría de los obispos y de los sacerdotes españoles responderán lo mismo si el que le hace una pregunta es un perito industrial, el maestro del pueblo o un corresponsal de La Razón. Ya es preocupante cuando hay que contestar según sea quien pregunte. Y más cuando se piensa que a algunos no hay que contestarles.
Luego ocurre que esos algunos se valen de artimañas y les pillan en calzoncillos. O sin maquillar.