"No me hice obispo para ganar dinero".

Yo no tenía especiales simpatías al actual obispo de Ciudad Real, Don Antonio Algora. Era un obispo "social". Entre comillas. Por supuesto que todos los obispos tienen que sostener la doctrina social de la Iglesia. Pero los "sociales" eran más raritos. Tipo Osés. O Iniesta. O... Vamos, qué les gustaba el marxismo. Más o menos edulcorado.
Yo creo que Don Antonio venía de esas querencias. Cierto también que de las más aguadas. Y si estoy equivocado pues a rectificar. Que no pasa nada.
Pero llegó al obispado (1985) cuando eso ya no se llevaba. Y listo, como pienso que es, no insistió. Creo que fue un buen obispo de Teruel y de Albarracín, bueno, no extraordinario, hasta que un día él y todos nos quedamos sorprendidos por su exiguo traslado a Ciudad Real. Donde sucedió a otro obispo "social": Torija.
También pienso que en la diócesis manchega lo está haciendo bien. Creo que nunca, o casi nunca, he hablado de él. Y no recuerdo haberlo hecho mal.
Me han sorprendido por tanto esas declaraciones. Hubiera entendido que dijera que no habría aceptado el episcopado para ganar dinero. Declaración por otra parte superflua porque para ganar dinero uno se hace notario, registrador de la propiedad o concejal de urbanismo. No obispo.
Pero, sorprendido, he leído el texto hasta tres veces. Y, o estoy mucho más pa allá, o no he encontrado esa frase. Todo lo que dice es absolutamente aceptable. Incluso bueno.
Pues, Don Antonio, vayan estas líneas desde el afecto a su persona y colocándole donde está. Porque algunos podrían entender mal el titular.
Y me va a permitir un comentario marginal. En la fotografía suya, que reproduzco, le he encontrado algo mayor. Acostumbrado a aquel obispo de cuarenta y cinco años me ha sorprendido. Por bobería de mi parte. Usted y yo somos de la misma quinta, porque en aquellos años había quintas. Incluso usted unos meses más joven que yo, que soy de mayo. E indudablemente los años pasan por todos.
Tiene usted por delante ocho o diez años de pontificado. Seguro que van a ser buenos. Así se lo pido a Dios. Pero no como un milagro. Para que siga bendiciéndole en sus tareas. Que hoy no tengo duda que son las de Él.
No pocas veces cuando un obispo ve su imagen en mi humilde Blog se ¿molesta?, ¿preocupa?, ¿indigna? Espero que ese no sea hoy el caso.
Con mi afeccto