Los jesuitas que no fueron

Que hermoso título me ha dado Iacobus. Y que Benito ha ratificado.

Los jesuitas que no fueron. Que no les dejaron ser siendo absolutamente ignacianos. Y que siguen siendo tan jesuitas como sacerdotes seculares.

El inmenso dolor del P. Alba, del P. Bidagor, de P. Lloréns... por no enviar a la Compañía las vocaciones sacerdoteles que se encontraban. Con el P. Ceñal (Rafael) ya fue otra cosa. Él quería jesuitas porque era más ingenuo. Pero sus chicos, tan excelentes tantos, viendo como le trataban se iban a otros sitios.

Benito ha dado nombres. Yo podría dar más. Hoy serían jesuitas excelentes. Pero de la Compañía de Jesús. No de ¡Ay Jesús, que Compañía! Yo aún abrigo la confianza en que, por intercesión de San Ignacio de Loyola, esos jesuitas extramuros, tan ignacianos, sean un día la salvación de lo que hoy se extingue.

Hace un par de días hablaba de un jesuita que me parecía excelente. Llegué a abrigar la confianza de que si hubiera unos cuantos como él no estaba todo perdido. Algún amigo me ha dicho que es ya octogenario. Pues sólo cabe confiar en un milagro de Dios.

Hoy creo que ya he colgado tres posts. Tal vez mañana me tome vacaciones.
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