La metedura de pata de Fisichella.

El presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Salvatore Fisichella, Rino para los amigos, aquejado sin duda de rinitis, ha dejado una mocada descomunal. Que en mi opinión le invalida para ese cargo. Y para cualquiera. Su intervención ha sido entendida y aireada como una defensa del aborto. O, por lo menos, de algún aborto. Lo que no está mal para un obispo. Y más si su encargo es la defensa de la vida.

Habló de lo que no sabía y metió la pata hasta el corvejón. Un escándalo más, y ya van demasiados, en el pontificado de Benedicto XVI a quien parece quieren dejar en mal lugar sus más directos colaboradores. Que parecen sus enemigos. Aunque los haya elegido él.

En mis 68 años, que ya son unos cuantos, jamás había visto nada parecido. Es de esperar que el Santo Padre se convenza de que esto no puede seguir así. Y esto no se resuelve con cartas sino con destituciones. La de Fisichella, el Rino de la rinitis y de la gran mocada, es urgente. O es un insensato o un enemigo del Papa y de la Iglesia. Secundado `por el director de L'Osservatore Romano.

La Iglesia de Olinda y Recife no se ha achantado y le ha cantado las cuarenta. Con una declaración oficial que es una vergüenza para el de la rinitis. La podéis leer en castellano en traducción de Panorama Católico Internacional

http://www.panodigital.com/la-arquidiocesis-de-olinda-y-recife-en-brasil-responde-a-losservatore-romano

Otro desdichado episodio más de obispos contra obispos. Y toda la razón la tiene el arzobispo brasileño monseñor Cardoso Sobrinho. Que, además, no se ha callado. Y Fisichella, Rino para los amigos, ha quedado retratado. Con imbéciles así Benedicto XVI no necesita enemigos. Le sobra con los que tiene en su propia casa.
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