Cuatro millones de visitas.

En enero fueron 259.775, 274.100 en febrero, 243.389 en marzo y 263.138 en abril. Las 657.310 visitas del año 2006 fueron 2.277.466 en 2007 y transcurridos cuatro meses y todavía no tres días del 2008 ya vamos por 1.065.355.
Esto es lo que hay. Para consternación de los de siempre. Es una página visitadísima y que cada vez va a más. Y, lo más importante, quienes la leen son obispos, sacerdotes, religiosos y seglares de notable preparación la gran mayoría de ellos. La mayor parte españoles pero con muchas visitas del extranjero.
El éxito, verdaderamente asombroso, sólo puede explicarse por un interés que se mantiene en el tiempo de los visitantes. Si pensaran que esto era impresentable no repetirían un día sí y otro también. Comprendo que ello sepa a rejalgar a quienes indigna el Blog pero si lo siguen visitando a aguantarse.
Sus críticas, por lo que se ve, lo único que consiguen es que esto vaya viento en popa. Creo que no hay nada parecido, ni remotamente, en España. En el ámbito religioso. De otros no sé nada.
Ahora los habituales en la memez vendrán una vez más con lo de siempre. Que si no me caracterizo por la modestia. ¿Y qué? La he considerado siempre una virtud muy dudosa y bastante hipócrita. Algo así como si uno que hiciera toda su carrera con matrículas de honor dijera que le costaba mucho trabajo aprobar porque es muy negado para los estudios o si Don Emilio Botín alardeara que llega con dificultades a fin de mes. Serían muy modestos pero también unos hipócritas redomados.
No os preocupéis tampoco por mi vanidad exacerbada. Es problema mío y no vuestro. Y si algún día tuviera que ir al psoquiatra no ibais a pagar vosotros los honorarios. Supongo que toda persona normal entenderá que esté satisfechísimo de los resultados del Blog. Quienes seguramente precisen atención médica son esas personas tan preocupadas por mi salud mental.
Quedan, por último, aquellos que están preocupadísimos por la salvación de mi alma por considerar que estoy fuera de la Iglesia. Curiosamente son los que están convencidos que se salvan todos los que viven fuera de la Iglesia y contra la misma menos yo. Comprenderéis que viva ya sin vivir en mí por tan doctas y coherentes opiniones.
Concluyo dando otra vez las gracias a todos los que habéis hecho posible esto. Non nobis Domine sed nomini tuo da gloriam.