Ante nombramientos próximos.

Estamos ante días cruciales para la Iglesia en España. Que van a determinar su futuro. La nefasta nunciatura de Dadaglio llenó nuestra Iglesia de unos penosos obispos que ha costado más de veinticinco años eliminar. Por fin esta tarea, con la desaparición de Dorado, está ya prácticamente concluida. De la línea taranconiana, y Tarancón era lo mejor de aquello, sobran dedos de una mano para contarlos.

Desde los primeros días de Juan Pablo II se comenzó a ver una decisión de cambio. Pero nuestro episcopado lo copaban los obispos dadaglianos y los poquísimos que no respondían a aquella alineación se iban yendo por razones de edad. Aquella medida de Pablo VI de imponer la renuncia de los obispados cuando sus titulares cumplieran los setenta y cinco años, en decidido intento de deshacerse de las mitras pacellianas conservadoras, fue en su día trágica para la Iglesia. Pero Dios escribe derecho con líneas torcidas y a la larga ha resultado providencial. Si en su día sirvió para deshacerse del episcopado tradicional, hoy nos está librando del progresista.

Benedicto XVI ha seguido sin vacilar los pasos de su antecesor y nuestro episcopado ahora no tiene nada que ver con el que teníamos al comenzar la década de los ochenta del pasado siglo. Es muchísimo mejor. Y si se ha colado alguna oveja menos blanca no le queda más remedio que balar poco.

En los próximos dos años va a quedar muy estructurado el episcopado de España y ese va a ser quien lleve el timón de nuestra Iglesia durante mucho tiempo. Por eso son muy importantes los próximos nombramientos.

Hoy tenemos tres obispados vacantes que no parecen importantes. Cubrirlos sería muy sencillo. Son Jerez, Menorca y Alcalá de Henares. Pero se están cociendo cosas entre bastidores. O me lo parece a mí. Como sobre dos de ellos el cardenal Re no ha tenido a bien comunicarme de momento nada se tratan de elucubraciones mías. Si Su Eminencia me adelantara algo os lo haría saber.

El nuncio dijo hace pocos días que esperaba saliera pronto el obispo jerezano. Y ha circulado el nombre del obispo auxiliar de Getafe, Don Rafael Zornoza. Sería un espléndido nombramiento y a la diócesis andaluza le habría tocado la lotería. La buena labor que en ella hizo Don Juan del Río tendría continuidad y hasta se mejoraría. Tengo las mejores referencias de Don Rafael. Lo único preocupante sería el futuro del seminario getafense que él, hijo espiritual de aquel santo obispo que fue Don Francisco José Pérez y Fernández Golfín, ha conseguido mantener como uno de los referentes en España. Esperemos que Don Joaquín María López de Andújar en el caso de quedarse sin auxiliar pueda seguir con un seminario modelo.

Para Menorca se está hablando de un obispo auxiliar de Valencia. No sería normal hipotecar al próximo arzobispo de Valencia, pues Don Agustín García Gasco tiene los días contados, con nada menos que tres auxiliares herencia del anterior. Corre por tanto el rumor de que o Don Esteban Escudero o Don Salvador Giménez harán pronto sus maletas rumbo a la isla. Es una solución fácil para un obispado fácil y humilde. Yo tengo muy perdidos a los auxiliares de Valencia pero tanto lo que me dicen de Don Esteban como de Don Salvador es que lo harían bien. No falta quien dice que sería escaso premio para el primero y por eso colocan también su nombre en otras sedes.

Alcalá de Henares puede tener ya muchos más perendengues. Cuando el cardenal Re me preguntó que me parecería Don Jesús Sanz Montes como próximo obispo complutense no vacilé en decirle que extraordinario. Para Alcalá o para cualquier sitio de más importancia. Rara es ya la quiniela para diócesis importante en la que no suene su nombre. Y ha figurado ya en más de una terna. Aunque hasta ahora de relleno. Después de darle mi respuesta al cardenal me quedé preocupado. Sobre todo por el caso que viene haciendo de mis pobres pareceres. Sí, ya sé que pasaría de tener 135.000 fieles, sumados los de las dos mitras aragonesas, a tener más de 700.000. Y que ganaría muchísimo en comodidad: parroquias accesibles por carretera en lugar de curvas, nieves y muchísimos kilómetros para llegar a pueblos que no llegan ni a los diez habitantes, la proximidad a Madrid, una diócesis activa y en expansión... Pero me parecía poco para Don Jesús. Hasta que se me encendió la bombilla. Y pensé en lo listo que era mi amigo el cardenal Re. Si resultara cierto lo que se me ha ocurrido vamos a tener nuevo obispo en Alcalá de Henares enseguida. Antes de la plenaria de la Conferencia Episcopal de noviembre. Porque tendría mucha relación con ella y con la próxima Jornada de la Juventud en Madrid.

El cardenal Rouco, que será lo que se quiera menos tonto, sabe de sobra que Goyo sólo es capaz de montarle una Jornada que sería un estrepitoso fracaso. No hay más que recordar el fiasco de la clausura de la Misión Joven. Ni sabe ni puede. Para ello necesita un obispo. Y sólo tiene a uno. Porque Don Fidel y Don César valen para otras cosas. Y ese uno tendrá que dedicar todas sus horas, y pocas serán, a preparar el evento. Que no puede ser el fracaso de la despedida del cardenal como arzobispo de Madrid. ¿Me entienden? Seguro que a nada que se esfuercen, sí. Yo ya he entendido, o así me lo parece, la pregunta del cardenal Re. Y como tengo lectores que no me siguen, se lo pondré más fácil. No sería monseñor Sanz Montes el encargado de preparar la Jornada de la Juventud.

Tres diócesis tienen a su obispo caducado. Dos de ellas muy importantes. La tercera, Guadix, sería de provisión sencillísima. Y lo normal es que fuera para un sacerdote. Cierto que quedan algunos auxiliares por colocar pero si fuera a Menorca uno de los valencianos ya son menos. Otro valenciano sería seguir aumentando la nómina de residenciales de esa procedencia que es verdaderamente excesiva. Pues quedan Don Raúl Berzosa y Don César Augusto Franco. Porque Don Mario Iceta está en Bilbao para otra cosa. Y a Don Fidel seguro que no lo suelta el cardenal mientras esté al frente de Madrid. Creo que para los dos citados hay otras diócesis en perspectiva. Huesca o Huesca y Jaca, la que deje quien vaya a cubrir Valencia, Tuy-Vigo a partir del próximo abril, otra que producirá quien vaya a Toledo, ¿Zaragoza? Después me explico. En las quinielas está Don Juan Miguel Ferrer. Yo pienso que sería un muy buen obispo. Aunque en Guadix seguramente no aceptasen con gusto a otro toledano tras el recuerdo que deja Juan García Santacruz. Que no es bueno.

Valencia tiene que estar al caer. Y en todas las jugadas está Osoro. Es que lamentablemente no hay arzobispos. Unos son imposibles por las archidiócesis que ocupan: Madrid, Barcelona, Sevilla y Toledo. No me creo en absoluto lo del cardenal Cañizares para la archidiócesis valentina. Y los tres primeros son, además, imposibles por la edad. También la edad descarta a Don Francisco Gil Hellín y a Don Santiago García Aracil, arzobispos de Burgos y de Mérida-Badajoz. Quedan pues Valladolid, Tarragona, Zaragoza, Oviedo, Santiago, Pamplona, el castrense y Granada.

Me parecen absolutamente descartables Pujol, por las complicaciones de su sucesión, y Pérez y del Río por estar recién nombrados. Y Ureña convaleciente. Pues nos quedan Braulio Rodríguez, Osoro, Barrio y Javier Fernández. Y no es un póker de ases. Don Javier está muy quemado y hay que dejarle tranquilo en Granada donde gracias a Dios se va consolidando. Pienso, y deseo, que va a terminar siendo un buen arzobispo granadino. Don Braulio ya ha llegado en Valladolid a más de lo que vale. Y lo mismo cabe decir de Don Julián. Si son discretos arzobispos de Valladolid y Santiago no echémosles encima obispados de más entidad. Con lo que queda Don Carlos que tal vez esté deseando dejar Oviedo.

Pero hay que tener en cuenta que a Valencia no han ido arzobispos. Olaechea era obispo de Pamplona, García Lahiguera, de Huelva, Roca Cabanellas, de Cartagena, y García Gasco, obispo auxiliar de Madrid. De ahí que comiencen a sonar obispos como posibles candidatos para aquella archidiócesis. El que más el abulense Don Jesús García Burillo. Ya con experiencia levantina como auxiliar que fue de Orihuela-Alicante. En mi modesta opinión el candidato ideal.

La diócesis de San Sebastián está envenenada por la situación del País Vasco y por el actual obispo y su predecesor Setién. Creo que es de absoluta necesidad que le acepten cuanto antes la renuncia a Uriarte pero también entiendo que no sepan que hacer con la patata caliente. Si quieren salvar la religión, o lo que queda de ella en las Vascongadas es clave el acierto en la diócesis donostiarra. Y me da la impresión de que no saben que hacer. Se dice que están buscando por América un obispo vasco misionero que dé garantías pero tal vez no lo encuentren. El traslado de Asurmendi resolvería poco. Cierto que es mucho mejor persona que Uriarte pero ha demostrado su absoluta incapacidad en Vitoria. Que le cae grandísima. Fue un error nombrarle obispo pero mucho más de Vitoria. En Ciudad Rodrigo o en Guadix seguramente la habría hecho aceptablemente pero Vitoria le ha superado con mucho. Tampoco me parece monseñor Munilla, obispo excelente, el indicado para San Sebastián. Se habla del sacerdote Ayerra como posibilidad, bien en Donostia o en Vitoria, si trasladaran a Asurmendi. Tal vez estuviera bien para ganar unos años. Después se premia a Don Ricardo Blázquez, se nombra a Munilla obispo de Bilbao y a Don Mario para la diócesis que dejara Asurmendi en el 2014.

¿Y Toledo? El cardenal Arinze sigue sin ser sustituido y yo tengo enorme confianza en el cardenal Re. Sigo pensando que Don Antonio Cañizares se va a Roma. Y hasta el momento en el que Arinze sea sustituido por otro que no sea Don Antonio me lo seguiré creyendo. Así que doy por seguro que habrá que cubrir la archidiócesis primada. Además de darle un auxiliar. El más idóneo sería, sin duda, el mencionado Ferrer.

Ya hemos hablado de los arzobispos al referirnos a Valencia. Pues vale también para Toledo. Pero aquí si que hay un buen candidato. Si como parece Don Manuel Ureña se recupera ésta sería la archidiócesis ideal para él. Cómoda, sin problemas, cardenalicia... Un chollo. Pero habría entonces que pensar en Zaragoza. Don Raúl Berzosa lo haría allí muy bien. Cierto que Toledo era también una magnífica salida para Don Ricardo Blázquez que sería un excelente arzobispo primado. Pero es muy pronto para quitarle del avispero de Bilbao. Y si se le quieren agradecer los servicios prestados enseguida se va a poder disponer de Sevilla. Que creo que le va menos pero donde también lo podría hacer bien.

Como nube negra sobre el horizonte tenemos al auxiliar de Barcelona. Si fuere Taltavull pues a poner a mal tiempo buena cara. Sería un retroceso notable en el intento de salvar el catolicismo en Cataluña. Aunque, con Nostach, no pasaría de un ordenanza mitrado. Y si ese que está en todas las listas y no sale nunca, mosén Corts, sucediera en Solsona a Don Jaime Traserra, que también presenta la renuncia en 2009, se habría recompuesto algo el traspiés Taltavull. Sin duda mucho mejor que el Turull que quería el cardenal.

Como veis estamos ante días apasionantes.

P. D.: Se me pasó citar el nombre de un arzobispo que también suena para archidiócesis importantes. Seguramente por estar en el extranjero. Me refiero al nuncio monseñor López Quintana. Que podría ser solución tanto para Toledo como para Sevilla. Y tal vez incluso para Valencia.
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