Una noticia que tiene su importancia aunque no lo parezca.

Anteayer el Papa anunció que había aceptado la renuncia del arzobispo de Argel y nombrado un sucesor para aquella diócesis.

Henri Teissier estaba a punto de cumplir 79 años por lo que debía ser uno de los obispos de rito latino de más edad en el ejercicio de sus funciones. Aunque al paso que llevamos en España el auxiliar de Barcelona, Carrera Planas, le rebasará dentro de unos meses.

¿Por qué mantener tanto tiempo a una persona más bien discreta pues ciertamente no era una gran figura de la Iglesia? ¿Y en una diócesis que apenas contará con mil católicos? Sin duda alguna por las inmensas dificultades del catolicismo en el mundo islámico. Y por primera vez en la historia de esa diócesis su obispo no es un francés. Ha habido que buscar para sucederle a un jordano.

El catolicismo argelino prácticamente desapareció con la marcha de los franceses. La archidiócesis llegó a conocer dos cardenales: Lavigerie, a finales del siglo XIX y Duval, cuya renuncia se aceptó en 1988. Al primero le valió la púrpura su alineamiento con León XIII en su política antilegitimista. Su famoso brindis de Argel fue el inicio del todavía más famoso ralliement leonino que tan malos resultados iba a dar.

El cardenalato de Duval (1965)fue un autoengañarse de Pablo VI. El catolicismo en Argelia había muerto y no lo salvaba una púrpura.

Fue también Pablo VI quien nombró a Teissier obispo de Orán (1972). Juan Pablo II en 1980 le promovió a arzobispo coadjutor de Argel pasando a ser titular de aquella archidiócesis cuando en 1988 se aceptó la renuncia de Duval.

Transcurrió su episcopado, hasta anteayer, con mucha más pena que gloria y supongo que la aceptación de su renuncia no habrá entristecido a nadie.

Pero debe hacernos reflexionar sobre la situación de la Iglesia en la mayoría de los países musulmanes. En ellos no tiene cabida el catolicismo. Los más o menos mil católicos con los que se va a encontrar el nuevo arzobispo deben ser en su práctica totalidad extranjeros. Si algún argelino se ha convertido se encontrará en Europa. Y disimulando. Por si acaso.

Creo que lo menos que podríamos exigir los católicos del mundo es reciprocidad. Sin ella lo demás es un camelo. Empezando por el diálogo interreligioso. Porque ya me dirán que diálogo es ese.
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