Otro obispo bobo. Y éste es español.

Cuando le nombraron me temí lo peor al ser el vicario general de Felipe Fernández que había tenido la genialidad de prohibir la escolta de honor que el Ejército rendía al Cristo de La Laguna. Tuvo ya siendo obispo una sonada metedura de pata, muy comentada, que parecía una disculpa de los curas pederastas por las provocaciones de los abusados. Luego pasó a ser obispo inexistente. Y ahora sale con la estupidez de que o los soldados van sin armas o no van a la procesión del Cristo. Igual que había hecho su antecesor. Si es que la cabra siempre tira al monte.

Son ganas de irritar gratuitamente a una parte de sus diocesanos por algo que no es malo en sí y que sólo preocupa a mentes idiotizadas por pacifismos de salón. Ningún católico de La Laguna, salvo los cuatro dementes que se pueden encontrar en cualquier lado, se sentía molesto con la presencia de la escolta militar. A muchos les agradaba. Y a algunos les daría igual. Pues el obispo a fastidiarles. Actitud sin duda la más recomendable para ganarse el afecto de sus fieles.

Y con una agravante. En estos días el Gobierno de España quiere prescindir de todo lo que suponga presencia católica en sus actos. El mando que mandara a sus soldados a custodiar al Cristo sabía de sobra que eso no iba a ser bien visto por la señora Chacón y por quien la impuso. Podía hasta jugarse el ascenso. Pues este memo a coincidir con el Gobierno. ¿Qué pintan los soldados en una procesión? Y seguro que su decisión también agradó mucho a la poderosa masonería canaria.

Pero el Gobierno sabe muy bien lo que quiere. Una España declaradamente laica. El obispo simplemente es bobo. Tan bobo como ese cura que retiró la espada a una imagen de Santiago.

A este, si le dejan suelto, y que no sea en un prado porque se come la hierba, hace una escabechina en nuestras iglesias semejante a la de 1936. Le quitará la espada a San Pablo, a Santiago, a San Martín de Tours, las flechas a San Sebastián, retirará del santoral a San Fernando, San Luis, San Marcelo... Y hasta al centurión del Evangelio.

Si le llevan a Málaga la Legión desaparecerá de su Semana Santa, los soldados del Corpus de Toledo y de los demás sitios de donde el Gobierno no los ha retirado todavía. La Inmaculada, la Virgen del Pilar, de Loreto o del Carmen, Santa Bárbara, San Fernando dejarán de ser patronos de nuestras Fuerzas Armadas y no porque lo disponga el Gobierno sino porque a Bernardo Álvarez Afonso, indigno obispo de Tenerife, no le gustan esas cosas.

Que Don Julián Barrio se despida de más ofrendas al Apóstol y Don Juan del Río del todavía no estrenado cargo de arzobispo castrense. Aunque a
éste tal vez le permita continuar en el puesto si los soldados lo primero que hacen cuando se anuncie la llegada del castrense sea ocultar las armas.

La Armada española hoy se estará llamando imbécil por haberse empeñado en mantener la misa en la entrega de despachos este año en Marín. Hubiera asistido la ministro al acto y tal vez hubiera sido otro el elegido como mando supremo de la Armada.

Ya no tengo la menor duda sobre usted. Me las ha aclarado todas. Me parece usted un memo. Y aunque sé que es completamente inútil me sumo a los tinerfeños que reclaman su traslado. Pero a misiones. Que usted la vuelve a armar en otra diócesis de España a la que le mandaran.
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