Hoy publica Atrio, también lo podéis leer en el Foro JAI, un artículo del jesuita Masiá un tanto sorprendente. Bueno, las cosas hay que entenderlas, antes se debe hablar, la corrección fraterna es obligada, no todo lo del Evangelio es dogma de fe...

Yo, al leerlo, pensé, éste se está poniendo la venda antes de que le salga el chichón. Acción propia de los locos. Y jamás he pensado que Masiá lo fuera.

Pues algo debe estar ocurriendo.

Nadie sabe lo que piensan los demás como estos no te lo digan. Y a mí Masiá no me ha dicho nada. Sólo cabe especular sobre las acciones con riesgo cierto de equivocarse. Si uno desde una colina lejana ve un frente de batalla del que sale un soldado corriendo tiende a pensar que le ha entrado el pánico y huye. Y bien pudiera ser que fuera a llevar un mensaje del mando a la retaguardia.

Pues a mí el mensaje de Masiá me ha parecido una cierta petición de árnica. Seguro que más de un lector lo leerá y nos dará su opinión.

Ignoro si en estos momentos, bien por las autoridades de la Compañía de Jesús o por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, se están considerando las tesis de Masiá. Caso de que fuera así y el jesuita se sintiera intranquilo, y yo en su lugar me sentiría, tiene a su alcance algo mucho más sencillo que escribir mensajitos de confusa interpretación.

Simplemente declarar: Creo de todo corazón aquello en lo que cree mi Santa Madre Iglesia, y tal como ella lo profesa. Y si algo de lo que yo hubiera dicho o escrito se separara de esa creencia y de esa profesión, desde este momento lo rechazo y lo repruebo. Si es sencillísimo. Lo demás son ganas de marear la perdiz.