La utopía cristianismo-marxista.

Un Blog colega nos evoca la figura de Alfonso Carlos Comín. Muerto, joven en 1980. Apenas algún dinosaurio rcuerda quien fue.

Dios se lo llevó antes de que pudiera conocer el absoluto hundimiento de sus ideales. De familia carlista, el nombre de pila lo dice todo, Alfonso Carlos, de buena posición social, era ingeniero, de indudables vivencias católicas, las diferencias sociales, ciertamente graves, le llevaron a poner sus esperanzas en el marxismo. Y se entregó a ello con dedicación y renuncia.

No le conocí personalmente aunque supe no poco de él. Siempre me pareció íntegro y radicalmente equivocado. No protesto de que le recuerden. Los suyos tan poco suyos hoy. Pero me parece algo así como cuando Miret recuerda a Torrubiano. Que de cada cien mil españoles apenas uno sabrá quien fue.

Una experiencia cierta de nuestra historia que hoy ya no interesa a nadie. Cierta y estéril. No ha dejado nada. Bueno, algo sí. A un hijo parece que diputado. Creo que no era esa línea la que postulaba su padre.
Volver arriba