A ver si centramos el tema Mendoza porque se está desmadrando.

El señor Mendoza es un laico, perteneciente al movimiento neocatecumenal y propietario de una universidad católica. Nada de eso es criticable. Y por ninguna de esas cosas ha aparecido en este Blog.

Que sea simpático o antipático, déspota o paternal, buen o mal gestor, dadivoso o tacaño, aunque esto último se ha acreditado que no, buen pagador o moroso, grite o no en una peluquería, tampoco es motivo para que nos ocupemos de él aquí. Vamos, que la personalidad del señor Mendoza será la que sea y la disfrutarán o padecerán sus allegados. A este paso alguien nos va a contar cuales son sus comidas favoritas, la marca de whisky que le gusta, caso de que lo beba o la matrícula de su coche.

Todo eso es ajeno a un Blog que trata de cuestiones eclesiales. Y esas no lo son. Y además responden a opiniones particulares, escritas desde el afecto o el desafecto, cuya veracidad no podemos dar por sentada.

Ruego que no sigáis por ese camino porque me obligaríais a borraros.

Si ha aparecido por aquí el señor Mendoza ha sido porque el traslado del obispo de Cartagena da la impresión de que se ha realizado por darle gusto y tal vez a su petición. Y que en ese traslado-defenestración han podido intervenir altos personajes de la Iglesia, agradecidos a las generosidades de Don José Luis para con ellos. Eso es grave, de haber ocurrido así, y ha conmocionado a una diócesis.

Los años que tenga su mujer, el nombre de sus hijos, si tiene o no perro y practica o no el golf o si en el Rincón de Pepe, que creo ya no existe, ha abroncado a un camarero porque no le llamó excelentísimo señor, no interesa nada en este Blog. Os pido, por favor, que lo tengáis en cuenta. Y si alguien tiene cuentas pendientes con el señor Mendoza que se busque otro sitio para dilucidarlas.
Volver arriba