El presidente de Cáritas Internationalis se desnuda en "He aprendido de los pobres" (Claretianas) Cardenal Tagle: "La Iglesia tiene que abrazar continuamente la pobreza que enseña el Evangelio"

(Jesús Bastante).- ¿Por qué es cristiano? "Porque amo a Jesús". Sencillo, directo, firme, alegre. Así se nos presenta el cardenal filipino Luis Antonio Tagle en "He aprendido de los pobres" (Claretianas), la biografía en la que el presidente de Caritas Internationalis, considerado por muchos como un posible sucesor de Francisco, reflexiona sobre su fe, su visión del mundo, de la Iglesia y de la vida.

Un relato, fruto de entrevistas con Gerolamo y Lorenzo Fazzini, en la que el cardenal de Manila no obvia ningún tema, desde la excesiva riqueza de la Iglesia al papel primordial de los pobres, pasando por sus aficiones o crisis de fe. "Me gusta leer -confiesa Tagle-. Me gustan las novelas policíacas, Sherlock Holmes, Agatha Christie y las novelas históricas (...) Me fascina Mozart. También me gusta la música pop y los musicales contemporáneos".

También, pasear y fijar la vista. "Me gusta observar a la gente por la calle cuando voy en coche o cuando paseo. Me gusta observar lo que hacen los otros (...). Aprendo mucho de la gente sencilla que ha tenido que afrontar diferentes pruebas pero ha sabido mantener su propia dignidad y su fe".

Como cardenal, pero especialmente como presidente de Caritas, le ha tocado lidiar con algunas de las más graves crisis humanitarias de este siglo. Por ello, no es extraño que su sueño sea "que desaparezca la pobreza inhumana y deshumanizadora". Y es que "la emigración a la que estamos asistiendo exige una decisión estable por parte de la comunidad internacional. La violencia, la pobreza y la miseria son los males que obligan a las personas a escapar de sus países (...). Por tanto, es necesario que los jefes de gobierno garanticen cada vez más la paz y la serenidad en sus países si no quieren afrontar los problemas y malestares de las migraciones. Ofrezcamos a todos los pueblos una vida digna".

También desde una Iglesia a la que ama y de la que se siente parte, aunque no ahorre las ríticas cuando toca. "Debo admitir que la tentación de la riqueza y del poder sigue viva en la Iglesia. Por eso, la palabra del Papa es citada y tiene validez. Todas las personas de la Iglesia tienen que estar atentas y vigilantes sobre este tema, pidiendo perdón cuando los bienes que se les ha confiado para que los administren no se han utilizado bien y restituyendo lo que sea necesario en caso de malversación. La Iglesia tiene que abrazar continuamente la pobreza que enseña el Evangelio". Palabra de Tagle, un hombre que "ha aprendido de los pobres".

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