A propósito de 'The Phenomenology of Essences', la obra colectiva dirigida por T. Grohmann sobre el filósofo y matemático Edmund Husserl Lo esencial es invisible y captable

"En The Phenomenology of Essences, T. Grohmann (ed.), Nueva York-Londres: Routledge, 2025, 319 pp. se dan citas varias disciplinas, pues las esencias exigen que les homenajeen varias ‘regiones’ del saber como la filosofía, la lingüística, la antropología cultural, la sociología, las matemáticas, etc."
"Al remedar aquella frase inmortal de El Principito de Saint Exupéry, creo haber captado la esencia de la fenomenología husserliana quien era (es) una filosofía de la conciencia acerca de las esencias que la conciencia capta, pues está dirigida a ella o lo que se denomina la intencionalidad"
"Mas todo ello, como bien se subraya en la introducción por el editor, ha de verse desde una perspectiva histórica desde la que puede percibirse una regularidad en nuestras experiencias, dada la intuición eidética por la que se da la esencia"
"Este volumen colectivo, que ya contiene suficiente material pero cuya proyección sigue abierta, dejará un impacto no solo en los estudios husserlianos sino en el movimiento fenomenológico que ya había ido más allá del maestro incluso cuando este vivía"
"Mas todo ello, como bien se subraya en la introducción por el editor, ha de verse desde una perspectiva histórica desde la que puede percibirse una regularidad en nuestras experiencias, dada la intuición eidética por la que se da la esencia"
"Este volumen colectivo, que ya contiene suficiente material pero cuya proyección sigue abierta, dejará un impacto no solo en los estudios husserlianos sino en el movimiento fenomenológico que ya había ido más allá del maestro incluso cuando este vivía"
| Macario Ofilada Mina
Al remedar o parafrasear aquella frase inmortal de El Principito de Saint Exupéry, creo haber captado la esencia de la fenomenología husserliana quien era (es) una filosofía de la conciencia acerca de las esencias que la conciencia capta, pues está dirigida a ella o lo que se denomina la intencionalidad.
Por lo pronto, no es mi intención resumir de manera simplista esta filosofía compleja que, en realidad, resiste toda clasificación o encasillamiento por su carácter siempre evolutivo dado que el mismo Husserl era un principiante perpetuo o continuamente matizaba su pensamiento hasta el punto de romper o, al menos, dar un nuevo rumbo a la cosa que parece una ruptura con la fase anterior.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Incluso en lo que debería ser invariable, como la esencia, Husserl hasta el final no tenía una versión definitiva. Y a ello se añaden las diversas interpretaciones que vienen haciéndose de sus planteamientos por sus discípulos y críticos. Todo esto deja patente que la temática se halla en constante estado de ebullición, lo cual justifica una obra colectiva de investigación como este volumen benemérito, de cuatro partes y dieciséis estudios (incluyendo la introducción) que estamos reseñando.

En esta publicación se dan citas varias disciplinas, pues las esencias exigen que les homenajeen varias ‘regiones’ del saber como la filosofía, la lingüística, la antropología cultural, la sociología, las matemáticas, etc. Mas todo ello, como bien se subraya en la introducción por el editor, han de verse desde una perspectiva histórica desde la que puede percibirse una regularidad en nuestras experiencias, dada la intuición eidética por la que se da la esencia (pp.4-5).
En la primera sección de este trabajo centrado en el estudio de las esencias en la temprana fase del movimiento fenomenológico se hallan estudios sobre Reinach y su negatividad (pp.15-33), acerca de la interpretación de Jean Hering de la esencia husserliana (pp.34-53), un examen detallado del camino emprendido por el más famoso de los discípulos del maestro, a saber, Martín Heidegger (pp.54-72) y un análisis axiológica desde Brentano para poder arrojar luz sobre la apropiación husserliana (pp.73-92). Todo ello ya pone de manifiesto la riqueza de un concepto heredado desde los albores de la filosofía occidental pasando por la mediación husserliana y que ha continuado en sus discípulos pioneros.
La segunda sección tiene el propósito de interpretar varios aspectos importantes sobre la temática principal esta vez desde el mismo Husserl. Lo esencial, aunque no es cambiable, puede ‘ejecutarse’ (un término inspirado sobre todo en Ortega; también la noción gadameriana de ‘spiel’ podría ofrecer un prisma novedoso al respecto) dando variedades. Los estudios de los profesores Sowa sobre la variación (pp.95-121) y Lohmar acerca de la cultura (pp.122-137) abren diques no solo de tipo estético o práctico sino sobre todo histórico y sociológico. El editor de esta obra colectiva T. Grohmann nos brinda un estudio metodológico subrayando las dos maneras para comprender las esencias en Husserl, a saber, lógica y relacional. Aquí la primordialidad o el ‘a priori’ claramente con matices kantianos juega un papel clave (pp.138-157).
Se percibe un acercamiento más explícitamente interdisciplinar en la tercera sección. Una aproximación desde la filosofía analítica a cargo de P.M. Livingston (pp.160-179) deja patente la influencia husserliana en esta tradición y que una lectura fecunda desde Ryle, Quine, Kripke es posible si bien desde un nivel más bien implícito. La historia para comprender la esencia husserliana, centrándose en la universalidad material y formal revela transformaciones y evoluciones dentro del seno de la obra husserliana (pp.180-198). La lógica formal por su parte revela que es posible llegar a la lógica pura sin tener que comprometerse con cualquier paradigma de la verdad (pp.199-218). Una cuestión como la superación del psicologismo sigue teniendo validez sobre todo cuando se intenta presentar a la conciencia fenomenológica como libre y exenta de los residuos de la mencionada tendencia (pp.219-230). Sin embargo, el éxito de tal empeño no puede verificarse por lo que una hermenéutica holística, que no pretende superar o quemar etapas, es necesaria. Esto lo demuestra el estudio sobre las esencias matemáticas (pp.231-252) a cargo de D. Pradelle en que se logra una exposición sobria de posibilidades noemáticas que confirman la consabida tesis de amplitud pese a las afirmaciones del mismo Husserl que al parecer imponen restricciones en la constitución de las idealidades matemáticas.

En la cuarta y última seccióndedicada a los filósofos franceses más allá del esencialismo por no aceptar la pureza de las esencias husserlianas. El primer estudio en esta parte sobre Merleau Ponty (pp.255-272) demuestra con gran competencia que la percepción de lo invisible produce negatividad, oposición dentro del lenguaje que pretende la coherencia o consistencia sólida. Esto va más allá de pretensiones puristas y que solo se hace posible mediante una funcionalidad lingüística que hace que nuestro mundo sea inteligible. Desde Derrida (pp.273-291) la pureza se vuelve una cuestión álgida e incluso polémica teniendo presente las variaciones históricas que pueden asumir una esencia. En esta historia tienen lugar los eventos que por su naturaleza no pueden tener la pureza idealista e irreal de la esencia husserliana. Emanuela Carta, con maestría difícil de igualar, expone estas cuestiones en su estudio. La tensión con el maestro es patente en el estudio de la obra de Marc Richt (Pp.292-314) en que A. Schnell expone lo problemático de la fugacidad del eidos abriéndose a una variación con incontables posibilidades que exige a su vez una esquematización. Todo esto solo demuestra lo fragmentario y caótico de los procesos de sentido y percepción y lo difícil es ganar o adquirir la deseada consistencia desde un prisma esencialista.
Cada estudio viene acompañado de una bibliografía nutrida y promete ser una discusión viva para el lector interesado. Hubiera sido preferible extender, a mi modo de ver, la cuarta sección con un estudio del área española. El nombre de X. Zubiri merece un examen desde el esencialismo husserliana máxime por su evolución desde la gran obra Sobre la esencia (1982) a la trilogía de los años ochenta del siglo pasado que marcó su madurez filosófica. Otro filósofo, si bien ucranio de origen pero muy vinculado al mundo hispánico, también nos ha señalado perspectivas distintas de la esencia husserliana por lo cual su aportación asimismo merece ser estudiado. Me refiero al recién desaparecido Ezra Heymann.
Dicho esto, auguramos que este volumen colectivo, que ya contiene suficiente material pero cuya proyección sigue abierta, dejará un impacto no solo en los estudios husserlianos sino en el movimiento fenomenológico que ya había ido más allá del maestroincluso cuando este vivía y que sigue siendo una tendencia con mucha promesa sobre todo en este mundo claramente posmetafísico y posmoderno en que lo carente de sentido, quizá la otra cara de la esencia, es patente y captable, y no invisible. Tal vez, a tenor de todo ello, podemos seguir luchando como el dasein heideggeriano (p.69) en una historia de esencias que configuran nuestra búsqueda de sentido, sabiendo como Merleau-Ponty que es imposible reflexionar acerca de la experiencia, donde se dan la mano lo invisible y visible sin la experiencia (p.270).

Etiquetas