Llegados de diferentes continentes, en plena 'pastoral de la frontera' Curso de Realidad Amazónica: 39 misioneros que buscan aterrizar en la Amazonía

Misioneros en la Amazonía
Misioneros en la Amazonía

"Formar misioneros para que sean despojados, sencillos, no busquen la autopromoción, que sean misioneros y vivan en mayor armonía y contacto con las comunidades y sepan trabajar en equipo con los laicos, evitando el centralismo, la clericalización y el autoritarismo"

“Conocer y aprender de la sabiduría de estos pueblos, del camino de la Iglesia acá”

En la Iglesia de la Amazonía espera encontrar "nuevos caminos, nuevas perspectivas, realidades distintas de vivir y de ser Iglesia, sobre todo tomando en cuenta la voz de las mujeres, de los niños y de los jóvenes”

El religioso entiende la pastoral de la frontera, algo que surgió con fuerza durante el Sínodo para la Amazonía, como “un ir, venir, estar acompañando y formando, formar catequistas, formar líderes, porque no hay en esa frontera”

Curso Realidad Amazónica

Conocer la realidad es una exigencia para la misión, algo que la Iglesia del Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), viene haciendo con el Curso de Realidad Amazónica desde 1991.

Una vez más el Instituto de Teología, Pastoral y Educación Superior de la Amazonía (ITEPES), en colaboración con el Regional Norte 1 de la CNBB, la Comisión Episcopal para la Amazonía y en comunión con la REPAM, después de un año sin curso como consecuencia de la pandemia del Covid-19, ha reunido a 39 misioneros, sacerdotes, religiosos y religiosas y laicas de Europa, Asia, África, América y también de otras regiones de Brasil para participar en el curso que comenzó el 9 de febrero y finalizará el 26 de febrero.

Están haciendo realidad lo que los obispos de la Amazonía brasileña, reunidos en Manaos en octubre de 2013, colocaron como compromiso: "invertir en la formación de los sacerdotes y de los hermanos y hermanas de la vida consagrada -autóctonos y venidos de fuera- para que sean despojados, sencillos, no busquen la autopromoción, que sean misioneros y vivan en mayor armonía y contacto con las comunidades y sepan trabajar en equipo con los laicos, evitando el centralismo, la clericalización y el autoritarismo".

El curso tiene como objetivo "ofrecer a los agentes de evangelización comprometidos en los diversos frentes de trabajo pastoral, un conjunto de informaciones más sistematizadas sobre la propia región amazónica, centrando su reflexión en lo humano, el medio ambiente, la vida y la acción evangelizadora de la Iglesia". Se invita a los participantes a "una inmersión en el territorio, en la historia y en los temas contemporáneos de la realidad amazónica, reflexionando sobre las cuestiones pastorales emergentes para entender la misión de la Iglesia como una 'amazonizar' la teología y las prácticas misioneras, desde una metodología sinodal, decolonial e intercultural".

A lo largo del curso se abordan cuestiones de antropología, historia, realidad, Biblia y Teología, Iglesia y Pastoral. El curso tiene momentos de lecciones teóricas y experiencias en comunidades ribereñas y en la periferia de Manaos.

Mariana Salbeli

Mariana Salbeli es argentina y pertenece a la comunidad misionera Cristo Resucitado. Consagrada hace 30 años, ha venido con otra hermana y una joven voluntaria a trabajar en Tonantins, Diócesis de Alto Solimões, siendo la primera experiencia de su comunidad en la Amazonía. Se trata de una experiencia inter congregacional junto con las hermanas de Santa Catarina. Su llegada es “una respuesta al Papa Francisco en su llamada a amazonizarse, vamos a hacer un discernimiento desde el lugar para ver qué es lo que podemos ir haciendo como comunidad”.

Dice llegar para “conocer y aprender de la sabiduría de estos pueblos, del camino de la Iglesia acá”, del que destaca el cuidado de la casa común, “algo que hoy por hoy es una cuestión para el mundo entero”, según la consagrada. Insiste en que “los pueblos indígenas tienen una sabiduría de haber convivido en el Amazonas y haber cuidado y tener esa sabiduría de vivir en unión, todo interrelacionado, que el resto no lo tenemos”.

De la Iglesia de la Amazonía dice conocer el grado de compromiso de los laicos, una expresión de sinodalidad, que según ella “ya está siendo vivida hace tiempo, en las comunidades, con los catequistas, donde no hay clero. Es toda una experiencia de Iglesia que le habla al resto de la Iglesia”.

Siguiendo los sueños de Querida Amazonía, una reflexión presente en el curso, afirma que “los 4 sueños me vienen bien”, pero se queda con la cita que dice que los pueblos de la Amazonía “son los primeros interlocutores, de los cuales tenemos que aprender, y donde nuestros proyectos, nuestros pensamientos, ponerlos, abrirlos, a ver si responden a las necesidades de ellos”. Por eso, finaliza diciendo que “mi sueño es poder escuchar las necesidades, los sueños que hay acá, las alegrías, las tristezas, y entregar la vida para construir esos sueños”.

Mayra Gutiérrez

También en la Diócesis de Alto Solimões va a trabajar Mayra Gutiérrez, joven mexicana de 25 años, misionera laica marista, con un compromiso de dos años, que vive en Tabatinga junto con dos hermanos maristas. Dice que los sueños y tener claro que las cosas pueden ser distintas la han llevado a dejar todo en su Guadalajara natal para vivir en la Amazonía. Reconoce que “es una decisión difícil dejar la familia, dejar lo que uno ha construido, pero tengo la convicción muy fuerte de que las cosas en la sociedad, en este mundo, pueden ser distintas”.

Por eso dice haber venido a la Amazonía, pensando en la preservación ecológica y también de toda la sabiduría de los pueblos indígenas, que durante más de 500 años han sido desprestigiados, históricamente han sido víctimas de exclusión y discriminación, siendo algo que les debemos el recuperar estos espacios para ellos”. De ahí la Importancia de “las pequeñas cosas que vamos haciendo, que no son solo para mí, son para todos y para todas”.

En la Iglesia de la Amazonía espera encontrar "nuevos caminos, nuevas perspectivas, realidades distintas de vivir y de ser Iglesia, sobre todo tomando en cuenta la voz de las mujeres, de los niños y de los jóvenes”.

Jaime Quintero

El padre Jaime Alfonso Quintero, Misionero de Yarumal, lleva 29 años en la selva colombiana, dos de ellos en Venezuela. Hace tres meses ha llegado a la Diócesis de São Gabriel da Cachoeira, pensando en una pastoral de la frontera, en una región donde se encuentran Brasil, Colombia y Venezuela, aunque actualmente acompaña a los migrantes venezolanos.

El religioso entiende la pastoral de la frontera, algo que surgió con fuerza durante el Sínodo para la Amazonía, como “un ir, venir, estar acompañando y formando, formar catequistas, formar líderes, porque no hay en esa frontera”. Es una región donde ve necesario formar equipos, aunque también existen dificultades económicas para sostener esos equipos.

En su misión en Mitú (Colombia) tuvo una emisora, algo que le ayudó a enviar a quien vivía en medio de la selva “una pildorita todos los días”. El padre Quintero considera la radio como “el medio más fácil para que, en la Amazonía, un lugar de largas distancias, el mensaje llegue a quien está en la mitad de la selva, llega a la persona analfabeta, a quien está trabajando, a quien está viajando”. Por eso insiste en “meter la radio en la selva para evangelizar, para fomentar la cultura”.

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