“Imitación de Cristo y Seguimiento de Jesús” Francisco envía una carta a Leonardo Boff para agradecerle el envío de su último libro
Sabemos que a Dios se llega a través de su carne; carne llagada y vulnerable como la de tantos hermanos nuestros que sufren y son descartados
Evitar el peligro de caer en el ilusionismo gnóstico, desencarnado
| Luis Miguel Modino
Podemos decir que en ambos está presente la preocupación con el cuidado de la Casa Común, manifestada por uno en la Laudato Sí y en tantos pronunciamientos a lo largo de su pontificado, que esta semana cumple seis años, y por parte del otro en sus numerosos libros, artículos y conferencias en el campo de la ecoteología.
Las pocas líneas de la misiva dejan ver algunos elementos fundamentales del Papa Bergoglio, destacando la figura de un Dios que se encarna, que “se hace semejante a nosotros”. Alguien que en sus primeros días de ministerio petrino dejó claro que quería una Iglesia pobre y para los pobres, afirma en la carta que “sabemos que a Dios se llega a través de su carne; carne llagada y vulnerable como la de tantos hermanos nuestros que sufren y son descartados”, insistiendo así en hacer realidad esa Iglesia que proponía seis años atrás.
Francisco advierte sobre la necesidad de “evitar el peligro de caer en el ilusionismo gnóstico, desencarnado”, uno de los grandes peligros en una sociedad y una Iglesia que parecen empeñarse en vivir en burbujas artificiales, “que prefieren un Dios sin Cristo, un Cristo sin Iglesia, una Iglesia sin pueblo”.
Una muestra más del nuevo paradigma eclesial que llegó al Vaticano el 13 de marzo de 2013, que provocó un cambio en las relaciones del estado Vaticano y del propio Papa Francisco, con viajes a lugares y países tiempos atrás impensables y encuentros y misivas de afecto a personas durante mucho tiempo postergadas al ostracismo.