¿A quién estamos esperando?
A veces uno se pregunta hasta qué punto la Navidad es un momento de vivencia religiosa, o si simplemente se ha convertido en una realidad social en la que el "dios comercio" se vuelve el verdadero protagonista. Cada cristiano es desafiado a reflexionar sobre eso y preguntarse a quién está esperando en este tiempo de Adviento.
Para dar la posibilidad de llevar a cabo este proceso, e intentar profundizar en el Misterio de la Encarnación, la Iglesia Católica brasileña ofrece como instrumento la Novena de Natal, momentos de encuentro y celebración que, a través de los llamados círculos bíblicos, ayuden a preparar el camino del Señor.
Estos encuentros se realizan generalmente en las familias, de forma itinerante, convirtiéndose así en un momento misionero, imagen de esa “Iglesia en salida” de la que tanto habla el Papa Francisco y que, por otra parte, ya desde hace mucho tiempo forma parte de la vivencia de la fe de los católicos brasileños.
Cada día, pero sobre todo en este tiempo de Adviento, somos desafiados a preguntarnos quiénes somos, qué es lo que queremos y para dónde vamos, descubriendo en ese Dios que se encarna al compañero del camino que cada uno de nosotros recorre a lo largo de la vida, como peregrinos que somos.
Si realmente queremos entrar en el Misterio de la Navidad, proclamemos que el Señor está llegando, abrámonos a todas las señales y manifestaciones de la presencia divina en nuestra realidad humana, seamos testigos de la vida, de la esperanza y de la alegría.
Para dar la posibilidad de llevar a cabo este proceso, e intentar profundizar en el Misterio de la Encarnación, la Iglesia Católica brasileña ofrece como instrumento la Novena de Natal, momentos de encuentro y celebración que, a través de los llamados círculos bíblicos, ayuden a preparar el camino del Señor.
Estos encuentros se realizan generalmente en las familias, de forma itinerante, convirtiéndose así en un momento misionero, imagen de esa “Iglesia en salida” de la que tanto habla el Papa Francisco y que, por otra parte, ya desde hace mucho tiempo forma parte de la vivencia de la fe de los católicos brasileños.
Cada día, pero sobre todo en este tiempo de Adviento, somos desafiados a preguntarnos quiénes somos, qué es lo que queremos y para dónde vamos, descubriendo en ese Dios que se encarna al compañero del camino que cada uno de nosotros recorre a lo largo de la vida, como peregrinos que somos.
Si realmente queremos entrar en el Misterio de la Navidad, proclamemos que el Señor está llegando, abrámonos a todas las señales y manifestaciones de la presencia divina en nuestra realidad humana, seamos testigos de la vida, de la esperanza y de la alegría.