II Encuentro de la Red Eclesial de Comunicación de América Latina y el Caribe Daniel Blanco: "La misión del comunicador es colaborar para que el Evangelio llegue a todos"
"María es modelo de lo que significa ser cristiano y discípulo, especialmente porque en ningún momento claudicó en su fidelidad a Dios"
"El Padre dispuso que María fuera colaboradora eminente en su plan de salvación"
"María acepta con libertad el llamado de Dios"
"María acepta con libertad el llamado de Dios"
En la memoria de la presentación de la Virgen María, Monseñor Daniel Blanco, coordinador del Consejo del Centro para la Comunicación del Celam, presidió la Eucaristía en la jornada inaugural del II Encuentro de la Red Eclesial de Comunicación de América Latina y el Caribe (RECLAC). Evento que se desarrolla del 21 al 23 de noviembre en Bogotá y hace parte de un proceso iniciado en 2024.
Entregar lo recibido
El obispo auxiliar de San José de Costa Rica, recordó que en la historia de la salvación María es modelo de lo que significa ser cristiano y discípulo, especialmente porque en ningún momento claudicó en su fidelidad a Dios, dio un Sí constante a su camino y nunca abandonó su deseo de llevarlo los demás.
Aspectos dignos de imitar para cualquier creyente y de forma particular para quienes dedican su vida a la comunicación en el contexto de la Iglesia latinoamericana y caribeña desde diversos roles y realidades. «Esa es la misión del comunicador católico», afirmó. Se trata de «colaborar a imagen de María, para que el mensaje evangelizador, llegue a todos y que la acción de servir que es constante en la Iglesia, no se detenga”.
Sin desconocer que “las narrativas del mundo de hoy son violentas y polarizantes”, monseñor Daniel Blanco aseguró que, dentro de la tarea de los comunicadores católicos, está lograr que estas narrativas se “vean contrastadas por el anuncio del Reino, que lleva a Cristo a todos y sirve sin descanso a ejemplo de María, madre del pueblo fiel».
Aceptar el llamado
Para el obispo costarricense la reflexión de la Sagrada Escritura resalta la misión de la Virgen porque «en el insondable misterio de Dios, Él quiso que María fuera colaboradora eminente en su plan de salvación». En este sentido explicó que así, “Dios entra en nuestra historia y asume la condición humana en el seno de María, quien acepta con libertad ese llamado”, al decir “Hágase en mi según tu Palabra”.
Un deseo de servir a Dios que caracterizó a María desde sus primeros años de vida, como en el tiempo en que fue presentada en el templo. «Su Sí a Dios se convierte en un Sí a los hermanos y por eso logró acompañar a la Iglesia naciente tanto en la oración común, como en la fracción del pan».
De esta manera, la tradición que celebramos este 21 de noviembre, el prelado recuerda que ese deseo de servir a Dios la condujo a ser Madre no solo por llevarlo en su seno, sino porque siempre hizo la voluntad del Padre.
Adoptar un modelo
Por eso, precisó resulta tan importante y hermoso el título que se le ha dado a María en la nota doctrinal emitida hace algunas semanas. “María es Madre del pueblo fiel. Ella es madre de la Iglesia porque sigue haciendo la voluntad de Dios, tarea que le fue encomendada cuando Cristo estaba en la Cruz.
Una reflexión que invita a los comunicadores católicos de América Latina y el Caribe a considerar a María como un modelo a seguir, una identidad que bien vale apropiarla en la vida profesional y personal.
Camino que ya advertía el Concilio al declarar que ella es tipo y modelo de la Iglesia: no solo por ser Madre, sino porque constituye un modelo para cada bautizado; en este caso para quienes informan, forman, crean y recrean el mundo de la Iglesia que no desfallece, porque sus acciones están animadas por la presencia constante del resucitado, la misma que renueva la esperanza que nunca claudica.