Santo Domingo, hombre de oración, hombre de acción

8 de agosto: Santo Domingo de Guzmán. Desde niño fue orientado hacia una vida contemplativa; por ello en la Orden de Predicadores ha tenido tanta resonancia la frase: "Contemplar y dar de lo contemplado".

Creo que esta es la única forma de poder predicar con éxito. Ahí viene de nuevo la frase evangélica: "Sin mí no podéis nada". Domingo vivió esta frase con toda radicalidad. Hablaba a Dios de los hombres porque se pasaba largas horas de la noche en oración, y cuando estaba cansado y el sueño lo rendía, apoyaba su cabeza en las gradas del altar para descansar. De día hablaba a los hombres de Dios.

Claro, estaba tan lleno de él que su espíritu rebosaba y de su diálogo con Dios, sacaba luz y fuerza para la predicación. Todos quedaban prendados de su afabilidad y por ello convenció a tantos herejes. Su ardor era incansable y su misericordia con los que iban errados no tenía límites.

De joven estudiante, vendió sus libros para poder socorrer a los pobres pues no quería estudiar en pieles muertas mientras los pobres morían de hambre. Tengamos presente que él era un hombre que amaba mucho el estudio y los libros eran una fuente para conocer a Dios.

Todos los que tenemos raíces en la familia de Domingo, sabemos que su vida es un estímulo para ser hombres y mujeres de contemplación y acción. Y es que Santo Domingo tomó ejemplo del libro de los Evangelios. A menudo leemos en ellos que Jesús después de largas jornadas de predicación se retiraba de noche o de madrugada a orar. Este es el secreto: Intimidad con el Señor, relación con el hombre.

Sin la contemplación, sin este trato íntimo con Dios Padre, poco fruto dará nuestra acción porque estará vacía de lo esencial. Quizás muy llena de palabras y de acciones que ante los ojos de Dios son cosas insignificantes que no tienen valor. Él es quien tiene que sembrar primero su semilla en nuestro corazón para sembrarla luego en los otros.

Domingo de Guzmán fue y es un gran don para la Iglesia y para nosotros dominicos y dominicas, una fuente inagotable que nos estimula para seguir por los senderos por él iniciados y tener imaginación para abrir de nuevos para la evangelización de los hombres del siglo XXI. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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