Los ultrajes del insensato

venezuela
El salmo 73 es una lamentación del pueblo de Israel ante una desgracia nacional. Las desgracias nacionales siempre las encontramos en nuestro mundo. Pienso en este momento en la dura situación del pueblo venezolano. Es cierto que en años pretéritos había en esta nación unas diferencias abismales entre los bien estantes y una multitud de emigrantes que vivían en una pobreza absoluta. En una conversación sostenida tiempos a, con un venezolano que se quejaba de que no podían vivir tranquilos, ni dejar sus quintas sin vigilantes porque les entraban a robar, recuerdo que le dije, si un día las gentes de estas lomas bajan al valle no va a quedar títere con cabeza.

Esto es lo que ha ocurrido, por desgracia, pero el resultado es que los pobres continúan siendo pobres, excepto la camarilla de los que gobiernan o se podría decir que desgobiernan el país. Faltan medicamentos, no hay alimentos básicos, los enfrentamientos son continuos y en un país con tanta riqueza la pobreza hace estragos continuamente.

El salmista se pregunta: “¿Hasta cuándo, Dios mío, nos va a afrentar el enemigo?” (v 10). Y esto mismo se pregunta el pueblo venezolano y yo misma. El salmo termina con una súplica al Señor: “Levántate, oh Dios, defiende tu causa: recuerda los ultrajes continuos del insensato; no olvides las voces de tus enemigos, el tumulto creciente de los rebeldes contra ti” (v 22-23). Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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