Los ultrajes del insensato

Esto es lo que ha ocurrido, por desgracia, pero el resultado es que los pobres continúan siendo pobres, excepto la camarilla de los que gobiernan o se podría decir que desgobiernan el país. Faltan medicamentos, no hay alimentos básicos, los enfrentamientos son continuos y en un país con tanta riqueza la pobreza hace estragos continuamente.
El salmista se pregunta: “¿Hasta cuándo, Dios mío, nos va a afrentar el enemigo?” (v 10). Y esto mismo se pregunta el pueblo venezolano y yo misma. El salmo termina con una súplica al Señor: “Levántate, oh Dios, defiende tu causa: recuerda los ultrajes continuos del insensato; no olvides las voces de tus enemigos, el tumulto creciente de los rebeldes contra ti” (v 22-23). Texto: Hna. María Nuria Gaza.