El director del CEPROME quiere que las víctimas sean protagonistas en la Iglesia Daniel Portillo: "Las heridas de los abusos no prescriben"

CEPROME. Espaldarazo.
CEPROME. Espaldarazo.

"Como creyentes en la Iglesia, en los escándalos no solo asumimos el dolor de las víctimas y los crímenes de aquellos miembros de nuestra Iglesia, sino que nos vemos impulsados a proyectar un presente capaz de dignificar a cada uno de sus miembros, con un esperanzador impulso por dejar a la siguiente generación de creyentes, una mejor Iglesia que aquella que nos recibió cuando nos bautizaron"

(Vatican News).- El Centro de investigación y formación interdisciplinar para la protección del menor, CEPROME, ha publicado un comunicado con motivo de dos celebraciones importantes: el Día internacional de la prevención del abuso sexual infantil y el aniversario sobre la firma de la convención sobre los derechos del niño.

En el escrito, se recuerda que hace 32 años, el 20 de noviembre del año 1989, la Organización de las Naciones Unidas aprobó el más universal de los tratados: la Convención sobre los Derechos de los Niños, sustentada en cuatro principios de los 54 artículos que la integran: la no discriminación; el interés superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo y la participación.

Respetar la dignidad del niño

En este contexto, Vatican News conversó con el sacerdote Daniel Portillo Trevizo, Director del CEPROME, quien explica más detalles sobre este comunicado, que invita a la sociedad civil, a los Estados, a las iglesias, a las instituciones defensoras de derechos humanos; "a promover una cultura respetuosa de la dignidad del niño, crear entornos protectores de la infancia y promover en serio el derecho a una vida libre de violencia".

Daniel Portillo, director del CEPROME

Asimismo, el Consejo Latinoamericano CEPROME reconoce que este día es un referente para "reiterar su preocupación por la situación de los niños en nuestra América Latina y para renovar su compromiso y seguir trabajando en la prevención de cualquier tipo de violencia".

Dejar una Iglesia mejor para los futuros creyentes

¿Pero… Cómo puede la Iglesia, también golpeada por el flagelo del abuso sexual a menores, caminar hacia un futuro libre de abusos y más contundente en la prevención?

En este sentido, el Padre Portillo explica que los que formamos parte de la Iglesia somos conscientes de que los abusos "dentro de nuestras paredes" nos han hecho más humildes:

"Nos han sumergido en una lógica penitente por los errores y horrores del pasado, y quizás del presente. Nos han motivado a pedir perdón con el corazón contrito, pero también a tener el coraje de asumir cualquier penitencia institucional, consecuencia de estos crímenes".

"Esta escandalosa realidad -añade el Director del CEPROME- hoy se vuelve una profecía. Como creyentes en la Iglesia, en los escándalos no solo asumimos el dolor de las víctimas y los crímenes de aquellos miembros de nuestra Iglesia, sino que nos vemos impulsados a proyectar un presente capaz de dignificar a cada uno de sus miembros, con un esperanzador impulso por dejar a la siguiente generación de creyentes, una mejor Iglesia que aquella que nos recibió cuando nos bautizaron".

Las heridas no prescriben

Las heridas causadas a quienes sufrieron abusos nunca prescriben, ni pueden ser canceladas o borradas, pero… ¿Cómo se les puede ayudar en el proceso de sanación y reparación?

La lucha contra los abusos en la Iglesia tiene como protagonistas a las víctimas y supervivientes. Su voz ha sido el primer motu proprio en la legislación eclesial, de tal manera que la Reforma Eclesial, que particularmente los últimos Papas han llevado a cabo, ha sido fruto del rompimiento del silencio de aquellas personas que habían sido maltratadas y que han venido a recordarnos que las heridas nos prescriben. 

Por lo tanto -subraya el Padre Portillo Trevizo- el protagonismo de la Reforma Eclesial, es sobre todo de las víctimas y sobrevivientes, aunque ingenuamente se pretenda remitirlo a la jerarquía. 

Nuestro sueño en este momento -concluye el sacerdote- nace de la certeza de que la prevención solo tendrá futuro si es eclesial, con la participación más activa de los laicos en la misión de purificación de la Iglesia.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Volver arriba