ÚLTIMA OPORTUNIDAD para dos poemas navideños
Estamos contemplando la fotografía de un bebé somalí con siete meses. Fue tomada el pasado julio, en el campo de refugiados de Dadaab (Kenia), cuando su madre Assiyah acababa de llegar al campamento keniata con su hijo en brazos, temiendo como inminente el fallecimientopor desnutrición del pequeño Minhaj que, con siete meses de vida, sólo pesaba 3,1 quilos.
La reflexión que uno se hace es cómo, pudiendo ser tan sencillo y económico salvar la vida de un niño,siguen muriendo irremisiblemente decenas de miles de ellos en esta región desértica del Cuerno de África. Algo funciona mal en el mundo.
"Y EN LAS MESAS SE COMEN PAVO Y PERDICES..."
He titulado el post "Última oportunidad para dos poemas navideños" porque "la nochebuena se viene, la nochebuena se va..." y nos olvidamos de villancicos que nos hicieron pensar un 25 de diciembre, pero pasó la sagrada fecha y nuestra conciencia vuelve a estar tranquila hasta una nueva Navidad... Dentro pues, todavía, del tiempo litúrgico de la "nativitas" os invito a leer y sentir unos tremendos versos de Manuel Pacheco(1920-1998) para un niño que muere de hambre la noche de Navidad:
EL HAMBRE ES NEGRA
Abres tu boca al aire
y en la tierra
está tu cuerpo
como un alambre.
Y el hambre llega.
Y el hambre llega.
Y te mueres de hambre
en Nochebuena,
en Nochebuena.
(Se congregan los fieles
de otros países
y en las mesas se comen
pavo y perdices.)
El hambre es negra.
El hambre es negra.
Mueres tu Nochemala
comiendo tierra,
comiendo tierra.
El pasado 1 de enero el compositor Juan Antonio Espinosa, en su blog de Religión Digital (pulsar), nos facilitó no sólo escuchar su versión cantada del poema, sino incluso poder bajarla a nuestro ordenador.Pulsar aquí para escuchar su magnífica canción ("Play"), e incluso para conservarla en nuestro archivo ("Descargar").
"SÓLO NOS VA QUEDANDO EL MAÑANA..."
Dicen que los mayores inteligentes miran hacia el pasado,relamiendo las mieles de sus mejores momentos. Bien lo dejó escrito, en versos de oro, Concha Méndez: "No te vayas, no, recuerdo, / a perderte en el olvido, / que me vas a dejar sola / y a mi vida sin sentido..."
Y si contemplamos a los niños, acaso les envidiemos por la intensidad de su vivir el presente sin relámpagos de culpa ni ensoñaciones de arcoris, disfrutando el regalo de la aventura diaria (carpe diem). Como preconiza Jesús Mauleón: "Una vez más entrégate a la luz, esfuérzate, / disfruta sabia, sosegadamente / del banquete del tiempo, / goza los frutos que nos traiga el día..."
Nuestro recentísimo Cervantes Nicanor Parra arriesga una teoría sobre el tiempo que podríamos incorporar a nuestra galería de propósitos de Año Nuevo:
ÚLTIMO BRINDIS
Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.
Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.
Y ni siquiera dos
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó...
como la juventud.
En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.