La Vida Consagrada es noticia.

Una cadena televisiva pone en marcha un programa con el formato reality en el que las protagonistas son cinco jóvenes que se cuestionan su vocación a la vida consagrada; tras cinco años en España una joven keniata de 30 años da el paso de comprometer su vida como monja de clausura en el convento de las Clarisas en la ciudad de Vitoria-Gasteiz; en el terremoto ocurrido en Ecuador, entre las muchas historias de víctimas del seísmo se difunde la de varias religiosas y postulantes de la orden El Hogar de la Madre, con especial detalle del testimonio de la Hna Clare Crockett, una irlandesa de 33 años que llevaba quince años vinculada a la orden; el sábado 23 de abril, una joven alavesa da un paso más en su compromiso de opción por la vida contemplativa en el Monasterio de las Dominicas en la localidad burgalesa de Lerma.
Cuatro historias distantes en el espacio pero unidas por el mismo denominador común: Una Vida Consagrada a Cristo y al servicio de los demás.
Vamos por partes.



Non solum …

“Quiero ser monja”

Sobre el programa televisivo he encontrado una muy serena y, a mi juicio, acertada reflexión, del sacerdote y periodista Carmelo Pérez, del que copio los últimos párrafos: “Business is business. Desde la selección de las chicas, en la que no intervinieron las monjas, todo está orientado al espectáculo televisivo. Es lo lógico. Nada hay que censurar a la productora, menos aún cuando a todas se les informó de que el proyecto era como "un Gran Hermano de la vocación". Por eso, pronostico la aparición de frases y momentos que pasarán a la historia del disfuncional y exitoso género de los “reality”.

Sobre las religiosas que han colaborado con el programa, ya hay quien las critica; algunos lo hicieron antes aun de su estreno. Mi juicio sobre ellas es favorable. "Prefiero una Iglesia herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad", ha dicho el Papa Francisco. Y eso es lo que animó a estas comunidades a embarcarse en el proyecto de dar a conocer cómo son por dentro: generosas mucho más allá de lo que se les pedía, sin imponer censuras, mostrándose tal cual son. Eso es lo que vi durante el lento y engorroso rodaje.
En resumen: soy testigo de los muchos aspectos positivos de este ensayo. Pero temo que el anecdotario lo coloque a la misma altura que las peleas por el zumo de naranja de Gran Hermano VIP. El medio -el formato- se va a comer el mensaje, sospecho.”


La mayoría de los discernimientos vocacionales no se hacen con difusión mediática, sino en el tú a Tú. No pongo en duda la buena fe de las chiquillas que se han prestado al producto televisivo, pero como dice el mismo sacerdote en otro párrafo del artículo. “¿O vamos a concluir ahora que en Mediaset "han visto la luz" y deciden invertir decenas de miles de euros en programar una especie de catequesis parroquial sobre la vida religiosa?” Pues evidentemente NO. Ahora bien, ello no quita para que Dios se valga de lo que le dé la gana para suscitar vocaciones que se gestionen luego en foros más discretos y personales.

En cualquier caso, este programa ha hecho que la Vida Consagrada sea noticia.



Las clarisas de San Antonio en Vitoria están “en racha”.

La Hna. Florence es una joven que aún no ha cumplido los 30 y que el pasado domingo, 17 de abril, al caer la tarde, dio un “SI” muy importante en su vida. Aceptaba el compromiso de escribir su futuro en un convento de clausura. Estas son unas pinceladas de su vida y su testimonio: “Soy de Kenia, tengo cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas. Verónica, la mayor, está casada y tiene dos hijos y mis hermanos también están casados y tienen un hijo cada uno. Nuestros padres murieron en un accidente cuando yo contaba con tan solo 7 años. Quedamos al cargo de mis abuelos que nos criaron y me enseñaron cómo vivir la vida cristiana, totalmente todo me enseñaron mis abuelos. Casi podría decir que mi vocación nació con ellos. Cuando hice la 1ª Comunión mi abuela hizo una gran fiesta y desde entonces crecí aprendiendo el gusto de gustar el Amor de Dios: “Gustad y ved que bueno es el Señor” Salmo 102. Un acontecimiento importante que acabó marcándome para descubrir mi vocación sucedió cuando tenía 13 años: me picó una serpiente, me llevaron rápidamente al Hospital de Santa Marta pero los médicos, después de un tiempo de ver que la pierna no mejoraba, le dijeron a mi abuela que había que cortar la pierna. Mi abuela no dio la autorización y me llevó a casa. Durante meses aquello no mejoraba, pero por casa pasaron muchos amigos, gente de la parroquia y del grupo de la Virgen María al que pertenecía, sacerdotes y monjas que me hablaban de sus respectivas vocaciones. Desde ellos brotó mi vocación. Recuerdo de manera especial a dos amigos que eran entonces seminaristas y hoy son sacerdotes. Algunas monjas me decían: no sabes lo feliz que se vive en la Iglesia, sirviendo a los demás escuchando la Voz del Señor y disfrutando esa piedad viviendo con Jesús. Poco a poco fui sintiendo la llamada del Señor. Al año empezó a mejorar mi pierna, a bajarse la hinchazón y a desaparecer el mal color amoratado que tenía. Yo vi de verdad un milagro del Señor y sentí una voz en mi corazón como dice el Salmo 115: “Como pagare al Señor todo el bien que me ha hecho” y se lo pregunte a Él directamente. Poco a poco, después de mis estudios, me dedique con mis compañeras a visitar enfermos en hospitales, a ayudar a pobres, a viudas, …. Y con mis compañeras, una que es monja en Alemania y otra en España sentí que Dios me llamaba. Y es que la voz del Señor es muy extraña, con las sombras me di cuenta de que Dios me quería solamente para Él. Esa amiga mía que vino a España antes que yo me dijo que viniese “yo te ayudaré” me dijo, y así fue. Entré en el convento y me costó mucho el primer año. El segundo año empecé a gustar mucho de rezar, orar con las hermanas y hacer de la comunidad mi familia. Y al llegar los 6 años decidí dar el paso. Soy muy feliz aquí en clausura con mis hermanas que son mi familia. Solo pido a Dios la santa perseverancia.
Sobre si podemos ser referente para otras chicas jóvenes … Sí. Somos cinco jóvenes cuatro de Kenia y una de Tanzania. Y nosotras podemos ser ejemplo para muchas chicas. Viendo toda nuestra entrega y sacrificio, pero también la alegría y felicidad con la que vivimos. Hay realidades del mundo que se ven de otra manera desde aquí: Por ejemplo, la Maternidad: puedo ser madre de muchas formas, madre espiritual, de consolación de los pobres, necesitados, abandonados; amar a todos, servir a todos como una madre. Sobre la libertad: puedo vivir la libertad al modo de San Francisco y Santa Clara, con alegría, amor a las hermanas ayudándolas con libertad, no adorar a otros dioses y puedo vivir mi libertad sabiendo por qué estoy aquí. No como esclavitud. Estamos viviendo en la Casa del Señor con libertad. Y sobre el Amor: Amor, Dios es Amor y quien permanece en el Amor permanece en Dios, el Amor es todo, completa toda la vida cristiana. Mucha gente se pregunta: ¿Qué puede llevarle a una chica joven a optar por una vida en clausura? Pues solamente la llamada del Señor, la vocación. Yo les recomendaría a aquellas jóvenes que se planteen el tema de la vocación religiosa que tengan muy presentes estas tres actitudes: Escucha, mira y contempla, tres palabras muy importantes para una religiosa.”

El testimonio de la Hna. Florence se une en estos días para la comunidad de san Antonio al de otra hermana de su comunidad, consciente de estar viviendo los últimos días de su paso por la Tierra y de esperar con esperanza ser recibida en los brazos de María y de Dios. Ya se lo ha dicho a sus hermanas y lo ha comunicado con paz, con la paz que solo puede dar la esperanza de ser recibido al otro lado con los brazos abiertos.


La Orden de las Siervas del Hogar de la Madre, entre el duelo y la esperanza.


El terremoto que ha sacudido algunas zonas de Ecuador ha dejado muchas historias de dolor por el alto número de víctimas y las terribles consecuencias del seísmo. Entre las víctimas se encuentran un grupo de jóvenes mujeres que habían optado por dedicar su vida a Dios y a los demás. Este es el relato que desde la Orden se ha difundido de los hechos:

“Las Siervas del Hogar de la Madre tenemos tres comunidades en Ecuador. Una en Guayaquil y dos en la provincia de Manabí, en las localidades de Chone y Playaprieta. Ha sido precisamente esta última la más afectada por el terremoto. Allí nuestras hermanas dirigen el Colegio Sagrada Familia, que da formación humana y religiosa a más de cuatrocientos niños del lugar. La vivienda de las hermanas se encontraba en el segundo piso de uno de los edificios que componen las instalaciones del colegio. En el momento del terremoto, a las 18:58 horas (hora de Ecuador) se encontraban en el interior del edificio cuatro hermanas profesas de la comunidad: hna. Estela Morales (40 años, España), hna. Therésè Ryan (36 años, Irlanda), hna. Merly Alcybar (34 años, Ecuador) y hna. Clare Crockett (33 años, Irlanda del Norte) y siete jóvenes postulantes, de origen ecuatoriano: Jazmina, Mayra, M Augusta, Valeria, Catalina, Guadalupe y Mercedes. Todas ellas, además del trabajo en el Colegio, realizan a diario una importante labor humanitaria y de evangelización, que se había multiplicado en los días precedentes al seísmo a causa de las fuertes inundaciones que habían ya devastado la zona, dejando a numerosas familias en una situación de total desprotección. Un amigo de la comunidad nos había escrito días antes en tono admirativo: “He visto a las hermanas, con sus sonrisas de siempre, pero se nota que están agotadas de tanto trabajar”. Al ser periodo estivo en Ecuador no había alumnos en el recinto.

En los primeros momentos consiguieron encontrar con vida a algunas de las hermanas. Un segundo y fuerte rebrote sísmico derrumbó lo que quedaba del edificio y las esperanzas de encontrar a las chicas que faltaban. En otro párrafo de la crónica dicen: “alrededor de la una de la madrugada del lunes 18 de abril, nos llegó la confirmación de que el equipo de rescate había conseguido localizar los cuerpos sin vida de la hna. Clare, Mayra, M Augusta, Valeria, Catalina.”

No hacía mucho que la Hna. Clare había dado un testimonio de su proceso vocacional. Estos son algunos párrafos de su historia que se han difundido, entre otros sitios en el portal de Aleteia: “Nací en una familia católica. Soy de una pequeña parcela del mundo que se llama Derry, en el norte de Irlanda. Cuando yo era pequeña, era un sitio donde los términos “católico” y “protestante” eran solamente políticos. Nacer en una familia católica no significaba necesariamente que ibas a Misa o tenías una formación en la fe católica. Los católicos, que querían una Irlanda unida, mataban a los protestantes y los protestantes, que no querían una Irlanda unida, mataban a los católicos. Para mí, eso es lo que significaba ser católica. Dios no tenía ningún papel en mi vida. En una sociedad donde prevalecía el odio, no había sitio para Dios.
Ahora estoy felizmente consagrada en las Siervas del Hogar de la Madre.
Nunca me deja de impresionar cómo el Señor trabaja en las almas, cómo puede transformar totalmente la vida de uno y conquistar su corazón. Agradezco al Señor la paciencia que ha tenido y que sigue teniendo conmigo.
No le pregunto por qué me ha elegido, simplemente acepto el que lo haya hecho. Dependo completamente de Él y de la Virgen María y les pido que me den la gracia de ser lo que quieren que sea”.

De Vitoria a Madrid, de Madrid a Lerma y de Lerma al Mundo.

Este podría ser el recorrido que Julia, hoy Sor Joane, ha hecho en su vida. A punto de cumplir sus 34 primaveras esta alavesa ha decidido dar un paso más en su vida. El 23 de abril de 2016 es la fecha de su “FIAT”, en principio por 3 años.
Julia, Sor Joane, forma parte del noviciado de las Dominicas en el Monasterio de San Blas en Lerma. Esta mujer que paso parte de su vida como profesora de inglés en Madrid ha encontrado en Lerma el lugar para llegar a todo el mundo. Juntamente con sus hermanas del noviciado y de la orden participa en varios proyectos evangelizadores que les están haciendo llegar a medio mundo (literalmente) por wassap y “al otro medio” a través de la página web http://dominicaslerma.es, de las personas que llevan extramuros su proyecto evangelizar con magia, y de su último proyecto, el libro sobre el Perdón.

… sed etiam

Como dice mi querida amiga Susana Herrera: “la casualidad es la forma anónima de manifestarse Dios”, por eso quizá sea “casualidad” que la vida religiosa, en todas sus modalidades, esté siendo noticia de mil formas en estos días. El mundo necesita de personas con vocación. Para todo, también para la vida religiosa. Pero necesitamos recuperar el término “vocación” en las profesiones, en todas las opciones de la vida. Si uno opta por la familia, que sea por vocación, si lo que se siente es dedicarse a la investigación, que sea por vocación; si lo que te llama es la política hazlo por vocación; si sientes que Dios te llama acepta la llamada solo por vocación.

Solo una auténtica vocación puede convertir un show televisivo en una plataforma para un verdadero testimonio; una auténtica vocación puede explicar que saltes desde África a Europa a “encerrarte” en las cuatro paredes de un convento; solo desde la vocación se puede cambiar las preguntas de “por qué” a “para qué” y dar sentido a morir aplastada en un terremoto a los 33 años; solo desde la vocación se puede llegar a todo el mundo sin moverte de tu comunidad y habiendo optado por una vida en clausura.

Yo me he cruzado con estas historias y desde mi vocación de comunicador cristiano siento la necesidad y la llamada a compartirlas. Lo que provoque en quien acaben leyendo esto … ya no es cosa mía.

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