(Jose Arregi).- Hay que estar muy loco o desesperado para matar periodistas al grito de "Allahu Akbar". ¿Quién les va a creer que "Dios es grande" si necesita de armas y bombas? ¿Quién se dejará atraer por esa fe articulada de gritos fanáticos, de odio y de sangre?
Pero no es fe lo que les mueve, por fervorosos que sean. No es Allah en quien creen, por convencidos que estén. Su fervor se llama fanatismo. Son los peores enemigos del Islam, pues pervierten su religión y ofrecen el argumento deseado por patriotas neonazis que aborrecen a los musulmanes, atacan mezquitas y organizan manifestaciones contra la supuesta islamización del Occidente. Los unos y los otros se dan la mano y la razón, mejor: comparten el miedo y la sinrazón. Entre los unos y los otros aumentan y agravan los peligros de la humanidad. ¿Cómo nos salvaremos?
Para leer el artículo completo, pinche aquí