"Acontecimiento pastoral y de Estado" Anuncio y denuncia en la visita del Papa a Perú
(César Augusto Barahona, Puno).- La próxima visita del Papa Francisco al Perú a llevarse a cabo el 18 de enero de 2018 es un acontecimiento fundamentalmente pastoral y de Estado, pero que también inevitablemente está marcado por lo mediático y publicitario en términos de entusiasmo, efusividad, y movilización por parte de diversos colectivos cristianos, desarrollando el particular interés del espectador peruano aunque esta vez no necesariamente como en décadas pasadas; los tiempos han cambiado.
Lo que más resalta de esto es que ese mismo carácter mediático y publicitario de la visita papal al Perú se expresa a través de lo efectivamente "rentable" que puede significar el mejoramiento de la imagen nacional ante el mundo, de manera que lo que se invertirá en seguridad, infraestructura, transporte o gestiones administrativas de Estado a Estado, por parte del Perú, se verá favorablemente multiplicado; se espera que de los más de 37 millones de soles a invertir en torno a los 4 días -con sus días antes y sus días después-, se recuperará aproximadamente un total de 90 millones de dólares (Fuente: Rosa María Palacios), pero habrá que evaluar posteriormente dicho pronóstico.
Sin embargo, lo mediático y publicitario tiene además su correlato en lo social, lo cultural y eclesial, por el hecho de que la actual sociedad peruana se autocomprende sin lugar a dudas institucionalmente cristiana, pero también mayoritariamente católica (aunque no de manera absoluta), lo que no contradice tampoco el hecho de ser cultural y eclesialmente diversa, pensando en contextos eclesiales tan diversos como el norandino y el surandino históricamente situados ya desde la segunda mitad del siglo pasado.
En este entender, lo mediático y publicitario no ha solido vincular estas especificidades, o finalmente lo ha pasado por descontado. En este párrafo consideramos pertinente que el correlato social, cultural o eclesial, sitúa de manera más responsable el actual horizonte de la nación peruana donde se desarrollará la visita papal, y no sólo de sus tres ciudades donde presencialmente arribará Su Santidad.
No obstante, lo que quisiéramos resaltar a continuación en este artículo es el correlato político que agrega a su vez un correlato teológico, muy pocas veces advertidos ambos por observadores y creyentes cristianos en el Perú. El acontecimiento de esta visita papal, fundamentalmente pastoral e interestatal, pasa necesariamente por el filtro de lo político y lo teológico. Lo ampliamos a continuación.

1. En el imaginario peruano queda sobreentendido que tanto política como teológicamente nada habría que confrontar ante la presencia de un jefe de Estado, a la que vez que Sumo Pontífice, que sólo viene a anunciar la Buena Nueva y a predicar el mensaje del Evangelio. Su mensaje de esperanza, unidad y respeto, anuncio y denuncia, no podrían ser puestos en cuestión, y en ello coincidimos. Sin embargo, políticamente tendremos que preguntarnos por qué tal cantidad de dinero del Estado peruano se invierte en la llegada de un Pontífice (el canal del Estado I.R.T.P. ha pedido 7.5 millones de soles), sobre todo en medio de un contexto climática y geográficamente riesgoso.
Se conoce que en el mes de enero en Perú (en la zona norte de Trujillo, donde el Papa Francisco hará visita presencial) se producen lluvias torrenciales, huaycos y desplazamientos de rocas y lodo, cuyos volúmenes usualmente son excesivos, con lo cual lo políticamente correcto debería ser más bien invertir en prevención para transporte, comunicación, salvataje, emergencias, puentes, conexiones, entre otros, y no sólo preponderar el mejoramiento de la imagen de la nación peruana ante el mundo.
De todos modos, el correlato político de la visita papal no se reduce a este tipo de comentarios; lo político subraya como mínimo común el buen entendimiento entre los dos Estados -peruano y vaticano- y la capacidad solidaria de ambos para encaminar salidas al empobrecimiento sistemático de varias décadas por parte de las "grandes" naciones; otros temas políticos impostergables deberán ser: la corrupción en los más altos niveles de gobierno, la trata de personas o esclavitud actual, el colonialismo de las ideologías (incluidas las de lo sagrado), el narcotráfico y el contrabando al interior del aparato del Estado, la minería legal o ilegal alrededor de la contaminación ambiental (madre tierra), y la pederastia "tolerancia cero" ocultada aún en grupos religiosos de mucho prestigio y de poder, entre otros tantos entramados políticamente pendientes de ser resueltos, o por lo menos pendientes de ser seriamente atendidos.
Una visita papal no puede quedarse en el mero espacio de lo declarativo, lo diplomático o protocolar, debe más bien hacer visible en tanto que anuncio y denuncia el mensaje claro del Evangelio en cuyo corazón esencialmente se encuentra la conciencia crítica y el juicio crítico de la Caridad Política. Todo lo que surja de la visita del Papa Francisco al Perú no es accesorio a dicha Caridad, finalmente evangelizadora y puntualmente transparente; podemos incluso decir que es desde esa Caridad que "la Política es evangelizada", y "la auténtica Política nos evangeliza" desde sus propias coordenadas.
El correlato político de esta visita papal precisa que en términos de política internacional el Santo Padre permanecerá sólo algunas horas -nueve- en la ciudad veraniega y lluviosa de Trujillo, y algunas pocas horas menos incluso -cinco- en la ciudad sureña y amazónica de Puerto Maldonado; y dentro de este horario el Sumo Pontífice intentará distinguir las influencias de su llegada en términos de política interna, es decir, dentro de qué condiciones políticas actuales es que Perú recibe al mandatario papal. ¿Un Perú políticamente dividido por la presencia de Odebrecht y Barata, cuya mafia ha alcanzado al Ejecutivo y Legislativo?, ¿un Perú políticamente marcado por sectores culturales y sociales marginados, cuya tensa calma hoy aguarda posibles conflictos sociales?, ¿un Perú políticamente tensionado a partir de la posibilidad de vacarse al Presidente de la República, sobrecogiendo intensamente el deterioro temporal de la actual economía nacional?

2. Por otro lado, debemos preguntarnos también por qué la llegada de un Papa a un país extranjero, no genera ninguna reacción o respuesta notoria en sentido teológico. No surgen discrepancias ni controversias pastorales visibles, ninguna reflexión teológica resaltante a favor o en contra se manifiesta, y mucho menos ningún teólogo o teóloga en Perú (incluidos los de vida religiosa consagrada) genera opinión en torno a ámbitos educativos, institucionales, formativos, de identidad religiosa (culto), vinculados a proyectos de desarrollo o de emprendimiento (ONGs), donde las teologías -por lo menos de índole pastoral- sí tienen una palabra qué decir.
Es como si anticipadamente estuviese aceptado que la propia teología cristiana y católica es la única y absoluta recta teología, capaz de no poder ser enseñada, reformada, modificada, o transmitida civilmente en otras universidades, colegios o escuelas (vía SUNEDU o Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria); o como si una tal teología quedara implícitamente aceptada como la única disciplina científica que jamás podrá ser releída o consignada académica y competitivamente entre las demás ciencias humanas o carreras profesionales. La agenda específicamente pastoral de esta visita papal quizás protocolarmente no lo considere pertinente, pero resulta de suma importancia por lo menos el mencionarlo.
Por aquí fluyen algunas interrogantes teológicas y pastorales. Y aunque éstas parezcan solamente nuestras, debemos pensar y repensar si todo el conjunto de documentos, reflexiones, frases, discursos, anuncios, e intervenciones papales de Francisco en Perú, a nivel nacional, resultará para inicios del año 2018 efectivamente algo más eficaz, valiente y bien posicionado, o verdaderamente alcanzará a lograr pasos cualitativamente hacia adelante.
Felicitamos que el Santo Padre intervenga con un saludo pastoral, audiovisual, previo en este mes de diciembre, dirigiéndose a los jóvenes peruanos, dentro del contexto del Adviento y Navidad. En la misma intervención se advierte un comentario sobre la conformación de una Guardia Papal integrada por jóvenes peruanos; sobre ella el Sumo Pontífice señala: "Yo no sé qué tiene que ver con el Papa ¿no?". Notamos que al menos toma cuenta de algunas "ideas" que se crean alrededor de la próxima visita papal. Y, no obstante, debe recibirse al Papa Francisco con una clara conciencia de la realidad peruana, interestatal y pastoralmente como corresponde, pero al mismo tiempo constatando que llevamos al hombro una mochila teológico-pastoral a veces no muy exhaustivamente revisada.
Para este año 2017 se creó la extraña idea de una "Jornada Mundial de los Pobres"... como si algunos determinados pobres fueran a reunirse con el Papa para celebrar "algo", y después volver a sus lugares de empobrecimiento cotidiano... Lo teológicamente correcto es pasar de un lenguaje colonizador y estereotipado alrededor de los pobres, hacia nuevos lenguajes des-colonizadores que nos aclaren las condiciones reales de las y los empobrecidos en el mundo actual, es decir, lenguajes que en el fondo sigan la línea de Francisco cuando dice que "la colonización cultural está matando a la humanidad", y que "no se dejen colonizar, ( ) la paz se construye en el coro de las diferencias". Teológicamente correcto es admitir también que la colonización cultural puede llegar a ser teológica e ideológica, y que por tanto el lenguaje acerca de los pobres debe transicionar razonadamente hacia reflexiones y soluciones alrededor de los empobrecidos y empobrecidas.
Por otro lado, el Santo Padre debe ponerse al corriente de que en Perú durante los dos últimos años hemos asistido a la delgada línea entre la discutidísima ideología de género (disque introducida en escuelas de educación primaria) y la ideología de lo sagrado (de la buena que libera, y de la mala que domina), pero aún no sabemos si dentro de los anuncios papales en Perú se termine por despejar este debate sobre el tema género, además del feminismo de hombres y mujeres, la homosexualidad teológica, el Concordato, las estructuras del clericalismo, el sistema económico neoliberal, la trata de personas paralela al sicariato en la ciudad de Trujillo, y el fenómeno climático significativamente dañado por la minería -legal o ilegal- en Puerto Maldonado, todo ello a la luz de la fe.
En este humilde artículo que trata sobre la visita del Papa Francisco al Perú, finalmente, debemos preguntarnos y cuestionarnos constructivamente sobre el surgimiento y resurgimiento de las nuevas teologías desde los nuevos cuerpos, desde las nuevas identidades, desde las nuevas fuentes, desde los nuevos teologúmenos, desde los nuevos lugares de producción-invención teológica, teologías desde los intentos de apropiación-expropiación de las tecnologías de inscripción y producción teológica, teologías desde las nuevas máquinas de producción de verdad teológica, teologías desde los nuevos paradigmas capaces de autoabastecerse teológicamente de ellos mismos.
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La próxima visita papal al Perú cobrará importancia teológico-pastoral e interestatal por su efecto indudablemente masivo, integrador y convocante, incluso decisorio, anunciante y denunciante a la vez, no menos signado por un sentido de esperanza social, de paz, de reconciliación, de constante "revelación" de la Verdad, y así como también de profundo sentido orante y misionero "en salida", aunque todo ello pase también por una pesada carga emocional fácilmente aprovechada por el turismo y el comercio.
La visita del Papa Francisco merece ampliar su enfoque pastoral y teológico hasta los terrenos mismos del pluralismo teológico, pero sin dejar de lado la influyente presencia de un Papa políticamente bien situado, cuyo papado debe seguirnos animando hacia la transición de una nueva Iglesia en salida, joven, inclusiva, misericordiosa, contemplativa y comprometida, capaz de responder crítica y analíticamente al llamado de una fe que se sigue manifestando con dolores de parto (curiosamente político y teológico, a la vez).
Con la mayor confianza esperamos que Su Santidad asista a todas estas intuiciones y especificidades anotadas en este presente artículo, falible y perfectible.
