El clamor, desde las cenizas, de la España vaciada 'España arde...': ¿Qué España está ardiendo?

Voluntarios contribuyen a apagar el fuego
Voluntarios contribuyen a apagar el fuego Efe

"Lo que se ha quemado es mucho más que un punto en el mapa, un nombre que durante dos días abrirá los informativos en el país. Es nuestra historia, esa que llevamos décadas perdiendo, porque la gente se fue a la ciudad, porque el pueblo no tenía un horizonte suficiente de desarrollo y bienestar, y las tierras y los campos y los bosques quedaron abandonados, vacíos, sin gente que los trabaje y los haga productivos como han sido siempre"

"Por eso ardemos, por eso nos hemos quemado: porque no contamos, no formamos parte de los planes de los grandes partidos políticos, que una vez más se han metido en el lodazal del ataque y el insulto, y siguen sin afrontar un gran pacto de Estado"

Hemos ardido, nos hemos quemado. Estamos ardiendo, nos seguimos quemando. Lo que se ha quemado es más que una bella postal para el recuerdo de unas buenas vacaciones. Hemos perdido tierras y bosques donde trabajaron, se afanaron y construyeron su vida generaciones de agricultores, ganaderos, productores del sector primario, el origen de nuestros alimentos. Lo que se ha quemado es más que una bella ruta turística con rincones que encogen el corazón con su hermosura.

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Hemos perdido casas donde se criaron nuestros padres, donde formamos nuestra familia, donde velamos a nuestros enfermos y planificamos un mañana que ahora se ha convertido en ceniza. Lo que se ha quemado es mucho más que un punto en el mapa, un nombre que durante dos días abrirá los informativos en el país. Es nuestra historia, esa que llevamos décadas perdiendo, porque la gente se fue a la ciudad, porque el pueblo no tenía un horizonte suficiente de desarrollo y bienestar, y las tierras y los campos y los bosques quedaron abandonados, vacíos, sin gente que los trabaje y los haga productivos como han sido siempre.

Hemos ardido, nos hemos quemado, porque somos esa parte de España que arde en el abandono, en la dejadez administrativa, la parte de España cuyo peso específico en las urnas no es decisivo, la que no cuenta con planes de repoblación efectivos, la que grita pidiendo justicia y oportunidades y le responde el vacío más ensordecedor. Somos la parte de España destinada a ser tierra de sacrificio, donde se propone como medio de desarrollo la instalación de grandes proyectos que perpetúan el modelo extractivista y explotador: macrogranjas, que incluyen en su pack destructor las instalaciones de biogás; megaminas al aire libre, extensiones increíbles de fotovoltaicas. La parte de España que añora vías de comunicación y servicios mínimos dignos.

Por eso ardemos, por eso nos hemos quemado: porque no contamos, no formamos parte de los planes de los grandes partidos políticos, que una vez más se han metido en el lodazal del ataque y el insulto, y siguen sin afrontar un gran pacto de Estado que permita inversiones continuadas y elevadas en las tierras abandonadas de la España Vaciada, la que arde y se quema y se precipita al colapso más terrible; un pacto de Estado que revierta la situación de nuestra tierra hoy reducida a cenizas en tantas partes, en medio de la impotencia, la rabia y el dolor.

Lo que se ha quemado es el pasado hecho tierra, casa, campo, camino. Y el futuro, hecho de proyectos, iniciativa, asentamiento de nuevos habitantes, acogida de inmigrantes, toma de conciencia….

Lo que se ha quemado es el pasado hecho tierra, casa, campo, camino. Y el futuro, hecho de proyectos, iniciativa, asentamiento de nuevos habitantes, acogida de inmigrantes, toma de conciencia….

Nos hemos quemado, hemos ardido. Pero las cenizas nos darán la fuerza para renacer y rehacernos, para levantarnos y levantar un mañana nuevo. Sí, un día, al levantar la vista, veremos un letrero que diga que lo nuestro fue la España vaciada y quemada, que resurgió de su drama y se reconstruyó.

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