Prevost, un norteamericano con Perú como lugar de misión León XIV: El Papado continúa en América

León XIV
León XIV

Con su elección, podemos decir que el Papado continua en América, en toda América, pues el agustino nacido en Chicago (Estados Unidos) creció como religioso en Perú

El Colegio Cardenalicio, bajo la inspiración del Espíritu Santo, le confía ser el sucesor de Pedro y de Francisco, con quien en los últimos años se reunía todos los sábados durante dos horas en Santa Marta

Concretar en este momento de la historia cómo hacer realidad un proceso que ahora continua de un modo diferente, pero con el mismo objetivo: avanzar en la Iglesia que propone el Concilio Vaticano II, una Iglesia pueblo de Dios, una Iglesia de todos, todos, todos

“Habemus Papam”, la frase más esperada en los últimos días ha sido pronunciada por el proto diácono, el cardenal Dominique Mamberti. Después de cuatro votaciones ha aparecido en la Logia Central de la Basílica de San Pedro el cardenal Robert Prevost, que a partir de ahora será conocido como León XIV.

Papa Francisco con el cardenal Prevost

Un norteamericano peruano

Con su elección, podemos decir que el Papado continua en América, en toda América, pues el agustino nacido en Chicago (Estados Unidos) creció como religioso en Perú, el país donde llegó a ser obispo de la diócesis de Chiclayo entre 2015 y 2023. Una diócesis de aparente poca importancia, pero que ahora pasará a la historia como la única en la que el nuevo Papa fue obispo. Allí le buscó Francisco para asumir el dicasterio de los Obispos, uno de los más importantes en la Curia vaticana.

Antes de volver a Perú como obispo, donde había vivido 12 años, en 1985 y 1986 y de 1988 a 1998, Prevost fue general de la Orden de San Agustín entre 2001 y 2013, tiempo en el que vivió justo al lado de la Plaza de San Pedro, de la que una calle separa la sede de la Casa General de los Agustinos. Esta faceta pone de manifiesto su capacidad para gobernar por un largo periodo una de las mayores órdenes religiosas.

Un cardenal cercano a Francisco

Estamos ante un pontífice, un auténtico constructor de puentes, a quien el Colegio Cardenalicio, bajo la inspiración del Espíritu Santo, le confía ser el sucesor de Pedro y de Francisco, con quien en los últimos años se reunía todos los sábados durante dos horas en Santa Marta.

Encuentros en los que el Francisco y el prefecto del dicasterio de los Obispos buscaban concretar en este momento de la historia cómo hacer realidad un proceso que ahora continua de un modo diferente, pero con el mismo objetivo: avanzar en la Iglesia que propone el Concilio Vaticano II, una Iglesia pueblo de Dios, una Iglesia de todos, todos, todos.

Volver arriba