600 chavales aprenden interculturalidad, jugando.

Con el lema “nuestro mundo, tierra de todos”, el pasado fin de semana se celebró en el Colegio Salesianos Atocha (Madrid) el encuentro Provincial de Oratorios. Participaron cerca de 600 chicos y chicas de edades comprendidas entre 8 y 12 años, provenientes de centros de Salesianos y Salesianas de la zona centro (Salamanca, Ávila, Guadalajara, Madrid, Ciudad Real).

Llamamos oratorios a las secciones de los Centros Juveniles destinadas a chicos y chicas hasta los 14 años que, después de la catequesis de comunión, siguen participando en grupos formativos y actividades de tiempo libre.

El encuentro tenía como objetivo, este año, educar a los muchachos en la interculturalidad, respetando las diferencias culturales, étnicas y religiosas, para fomentar la convivencia y prevenir actitudes de racismo y discriminación. Como repetía el himno compuesto para la ocasión, “muchos y distintos y llevándonos muy bien”, pues, se decía, “en este mundo tú tienes un hueco”.

El sábado por la mañana hubo un tiempo formativo y, por la tarde, un gran juego en el que los más pequeños aprendían las diferentes banderas, idiomas, moneda, comida y capital de diferentes países.



También por la tarde, se organizó un gran juego por el madrileño parque del Retiro pensado para que los chicos pudieran conocer las religiones más importantes, fomentando así el respeto a la diversidad religiosa. Durante el juego, se invitó a los muchachos a descubrir los elementos fundamentales de cada religión y los aspectos comunes que presentan. Como cantaban durante el juego, “en esta tierra cabemos todos aceptando diferencias; mira a tu lado: hay un hermano que está esperándote y tendiéndote la mano”.

Juego, deporte, fiesta y convivencia fueron los ingredientes de este encuentro que tuvo su broche final en la eucaristía que se celebró el domingo. Una colorida y alegre marea de chavales llenaron la parroquia salesiana de María Auxiliadora de Atocha, donde se celebró la eucaristía en la que hubo un recuerdo especial por Juan Pablo II, en el primer aniversario de su muerte. Chicos y chicas pudieron celebrar la fe en un clima de alegría y participación, descubriendo que, entre todos, es posible construir un mundo distinto.

La valoración del encuentro ha sido muy positiva. Se ha destacado el trabajo realizado por los animadores del Centro de Atocha, que se encargaron de la organización del encuentro, y la buena respuesta de los demás animadores que estuvieron presentes.

Este tipo de encuentro se realizan una vez al año para que los chicos y chicas de cada uno de los diversos centros puedan convivir con otros chavales de su edad y darse cuenta de que son muchos los que están en estos grupos en otras ciudades. Lo más importante, claro está, es el trabajo que se va realizando cada fin de semana, en los diversos centros, durante todo el año: reuniones formativas, vida de grupo, actividades educativas para el tiempo libre, etc. Así se pretende ir acompañando a los chavales para que tengan una buena experiencia de grupos para que luego continúen en los centros juveniles. Todo un camino, un itinerario de crecimiento y maduración –personal y de fe- pensado para ellos.

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