Teresa de la Vega se ha asustado al saber que la foto familiar en la que se había retratado en Níger con un africano y sus tres hijas, eran en realidad un polígamo y sus tres esposas.
Por cierto, más de uno habrá descubierto que un polígamo no es un policía que salta como un gamo, sino un ser humano de sexo varón que tiene varias esposas legales.
Pero vayamos al contenido.
Comencemos leyendo la noticia, que explica que “La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se vio sorprendida al posar para una fotografía con un empresario nigerino y sus tres mujeres, tras una visita a un centro de procesado y selección de chufas que ha puesto en marcha el empresario valenciano Ramón Carrión en la capital del país africano, Niamey. De la Vega, que en un principio pensó que las mujeres eran hijas del hombre que se encarga de la empresa en Níger, se mostró "horrorizada", tras conocer que en realidad eran sus tres esposas, según explicaron fuentes próximas a la portavoz del Gobierno”.
Y nosotros nos decimos: ¿por qué no respetar sin horrorizarse esta “unidad familiar” (más múltiplo que unidad) como una forma más del concepto cultural de familia?. ¿Podemos imponer nuestros criterios culturales a una sociedad tan distinta a la nuestra?