No debemos invertir el orden

J. A. MONROY

“Invertir” es un verbo transitivo cuyo significado indica la sustitución de un orden, el cambio de dirección o la disposición de algo por su opuesto. El término se ilustra con bonitas figuras: dar a una rueda que gira o a una corriente eléctrica una dirección o sentido contrarios a los primitivos.


Las dos imágenes, la rueda que gira y la corriente eléctrica, son aplicables a la Iglesia. La Iglesia es dinamismo, actividad incesante, y es también luz. Sobre todo, luz.

La Iglesia primitiva, la que Cristo fundó y los apóstoles –especialmente Pablo- desarrollaron, tiene un orden, unas prioridades establecidas que no pueden invertirse sin caer en el anatema de la Escritura.

La primera misión que la Iglesia del Señor tiene en la tierra es anunciar el Evangelio de salvación a toda criatura. Tenemos Mateo capítulo 28, Marcos capítulo 16, Hechos capítulo 1, por citar sólo los textos más conocidos.

Puede leer aquí el artículo completo de este escritor y conferenciante internacional de fe protestante titulado No debemos invertir el orden
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