La fe cristiana de C. S. Lewis

JOSÉ DE SEGOVIA

El autor de Crónicas de Narnia, C. S. Lewis (1898-1963) es reivindicado hoy por diferentes sectores del cristianismo ortodoxo como el mayor defensor de la fe cristiana. Este escritor protestante del Ulster era un ateo convencido cuando llegó a la Universidad de Oxford, pero se convirtió por medio del católico J. R. R. Tolkien en un ferviente creyente, aunque nunca dejó de ser anglicano. Hoy muchos le consideran como el paradigma del cristianismo evangélico. Para otros sin embargo es el principal pensador con el que cuentan muchos movimientos católicos conservadores. Pero ¿cuál era realmente su teología?


Antes de nada, tenemos que darnos cuenta que Lewis no era teólogo, ni tenía educación teológica. Por lo que no es fácil ver en su obra una teología sistemática. Sin embargo algunas de las críticas que ha recibido, tanto del campo liberal como del fundamentalismo evangélico, ignoran a menudo este hecho. En su prefacio a su Cristianismo esencial, dice que su intención es concentrarse en las doctrinas básicas de la fe cristiana, independientemente de las diferencias entre una y otra iglesia:

“Los asuntos que dividen a los cristianos a menudo tienen que ver con puntos de teología avanzada o aún de historia eclesiástica, cosas que nunca deberían ser tratadas sino por verdaderos expertos. Tales aguas son demasiado profundas para mí; en ellas tengo más necesidad de ser ayudado, que capacidad para prestar ayuda.”

Puede leer aquí el artículo completo de este periodista y teólogo protestante sobre La fe cristiana de C. S. Lewis
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