LUIS MARIÁN “Vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” (1 Corintios 14, 34-35)
La historia contra las mujeres (V)
Estas palabras de Pablo están dirigidas a la iglesia con más problemas doctrinales y morales de todas a las que Pablo escribe y que es la congregación de Corinto. Sea como fuese, la primera impresión que se lleva el lector occidental del siglo XXI es obvia: Pablo es misógino. Lo cierto es que ninguno de nosotros estaba presente en aquella congregación corintia, pero existen varias explicaciones (o quizás un compendio de ellas) que nos pueden ayudar a entender por qué Pablo pide silencio a las mujeres durante el tiempo de las reuniones.