Llega a los escenarios españoles la obra de teatro que dio origen a la película El Pez Gordo, un cuadro de tres ejecutivos, entre los que se encuentra un joven bautista que prefiere hablar de su fe con un cliente, a lograr el contrato que va a salvar a su empresa de la quiebra. Esta fascinante historia llevada al cine por Kevin Spacey y Danny DeVito, es ahora representada en el Teatro Arenal de Madrid por Toni Cantó y Helio Pedregal, junto al joven Bernabé Rico, que interpreta el papel del incomprendido evangélico que hacía el actor Peter Facinelli en la película de John Swanbeck. El montaje del director Juan Carlos Rubio, fue presentado este mes por el propio autor de la obra, Roger Rueff.
La historia de estos tres agentes de una empresa de lubricantes industriales que acuden a una convención en Wichitta, recuerda a otras muchas otras obras de teatro que presentan a unos personajes encerrados en espera de otro. El Godot de Beckett es aquí El Pez Gordo (The Big Kahuna), que no aparece por la suite del hotel que da nombre a la obra original (Hospitality Suite), donde los ejecutivos están cada vez más impacientes, ante el retraso de su cliente, el magnate Sr. Fuller.
Como en A puerta cerrada o Sin salida de Sartre (Huis Clos), estos viajantes de comercio se enfrentan a una realidad que esconden tras diferentes máscaras. Phil es un jefe de cuentas cincuentón, recientemente divorciado, que ha empezado a cuestionarse su vida y su trabajo. Larry ha pasado ya los cuarenta, pero es todavía la viva personificación del comercial agresivo. Mientras que Bob es un joven afable, recientemente casado, cuya vida gira en torno a su fe cristiana. El choque no se hace esperar, cuando el creyente encuentra finalmente a Fuller…