JUAN ANTONIO MONROY
Carlos Marx, convertido en mito revolucionario a esta altura del siglo XXI, falleció en 1883, hace ahora 125 años. Con tal motivo estoy escribiendo para PROTESTANTE DIGITAL una serie de artículos en torno a Marxismo y Cristianismo. Este es el segundo.
La frase clásica sobre la crítica de la religión en Carlos Marx es una que figura en su escrito CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL, de finales de 1843 y enero de 1844. Dice Marx: “La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu carente de espíritu. Es el opio del pueblo”.
Puede que Marx tuviera razón cuando enjuiciaba un determinado comportamiento religioso. Pero esa religión nada tiene que ver con el Cristianismo de Cristo.
A partir de 1846 las críticas religiosas de Marx son cada vez menos frecuentes. En la CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA, DE 1857, y en EL CAPITAL, de 1867, Marx prácticamente ya no habla de la religión en general; todo a lo más evoca el papel que juega el fenómeno religioso en una determinada sociedad.
Pueden leer aquí el artículo completo de este escritor internacional de fe protestante titulado El verdadero opio del pueblo