El Papa en los campos de exterminio

Nos impresiona el silencio con el que Francisco recorrió los escenarios del horror nazi. Ante tanta maldad, es difícil tomar la postura correcta sabiendo que todavía existen supervivientes del holocausto, que allí estaban, acompañándole en la visita y desafiando a los recuerdos y pesadillas que sufrieron. Son testigos directos, contemporáneos de quienes todavía podemos preguntar sobre el horror que vivieron en carne propia. Ahora que vamos al psicólogo en cuanto nos sentimos un poco deprimidos, qué trabajo habrá costado adecentar esos corazones arrasados por todo tipo de sufrimientos físicos, psiíquicos y espirituales hasta bordear a la locura. Pero allí estaban, con Francisco, memoria viva que atestigua lo peor del ser humano.

Y si existen supervivientes, es que no ha pasado mucho tiempo desde el holocausto. Ua guerra mundial, un genocidio espantoso con judíos, gitanos y demás gaseados, posteriormente el horror soviético de los gulags, las mostruosidades de Mao... Todo ellos suman muchísmos más que seis millones de víctimas. En realidad, la guerra mundial deja secuelas mundiales (bombardeos terribles sobre la población civil alemana, genocidio israelí con los palestinos...) y un escenario que cuesta décadas recomponer una vez que todos se dan cuenta de que nunca más se debe reproducir. Pero con supervivientes todavía en pie, el Papa ha vuelto a repetir que ya estamos en una tercera guerra mundial aunque sea de manera fragmentada.

Junto a todo esto, la historia nos recuerda millones de testimonios maravillosos de luz solidaria en las tinieblas, de generosidades heroicas, de ayudas trascendentales que salvaron a muchas personas, que ayudaropn a muchas personas en medio de quél cáliz tan amargo. Todo aquello fue mostruoso... Pero, ¿cuál ha sido su poder real? Todo ha cambiado, solamente queda el recuerdo de aquellos satanes de la historia, que ya son polvo, recomponiéndose Europa hasta que volvemos a incidir en partidos neonazis, odios xenófibos y demás. Las historia no se repite, lo que se repiten son los comportamientos humanos.

El mal gana solamente a corto plazo. Cristo es el camino, mataron a Dios, creyeron domeñar la historiaaunque la realidad es que el Reino del Amor es mucho más fuerte que el reino de las tinieblas más tenebrosas. ¿Seremos capaces de volver a generar una tragedia universal? Sí, pero el amor volverá a triunfar, y el ser humano se recuperará otra vez de sus horrores para seguir creciendo "en la senda trazada desde antiguo" hasta consumarse la Plenitud en Cristo.

¿Dónde estuvo y está Dios? En la inocencia que sufre; no como fracasado, sino como amor. Y hoy no es siempre.
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