Reig Plà: ´Mi súplica constante será que el demonio no se meta entre vosotros´

Cuenta Amalia López en La Opinión que muy emocionado y muy contento, en superlativo", así confesaba sentirse Juan Antonio Reig Plà, obispo de Cartagena, tras la eucaristía de despedida de la Diócesis que celebró ayer en la Catedral acompañado de casi todos los párrocos de la Región; "estaban casi todos, los pocos que han faltado me han llamado y no han podido venir por enfermedad o asuntos ineludibles", explicaba tras el emotivo acto. No lloró, pero estuvo a punto, y fue incapaz de ocultar su alegría y gratitud al escuchar los interminables aplausos y los gritos de "¡Viva el obispo!" que pudieron oírse en la Catedral al finalizar la misa.

Dos horas antes, a mediodía, comenzó una celebración que se encargó de abrir el vicario general, Miguel Ángel Cárceles. Habló en representación de los sacerdotes que participaron en el acto para agradecer a Reig Plà "su amor a la Iglesia diocesana por encima de cualquier cuestión personal y su amor a la verdad y la justicia, que nos han dado el testimonio para desempeñar nuestro trabajo". El vicario general aseguró que el obispo "dejará un recuerdo imborrable en nuestros corazones".

Reig Plà tomó la palabra durante la homilía, en la que dio las gracias a todos los sacerdotes por los tres años y medio que ha pasado en la Diócesis. Si hubo una idea que el obispo repitió hasta la saciedad fue la de fidelidad y obediencia a la Iglesia y al Papa. "Prometo ser obediente y juro obediencia a la verdad y lealtad al Santo Padre. Dios me da una oportunidad nueva para comenzar con lo aprendido aquí, para no errar en los caminos y seguir la voluntad de Dios", dijo en uno de los momentos más intensos de su homilía, en la que pidió perdón por los posibles errores cometidos. "Seré obediente y fiel hasta la muerte", recalcó tras asegurar "que todo lo que sucede, sucede por el bien de los Dios ama".

El todavía obispo de la diócesis de Cartagena (tomará posesión en Alcalá de Henares el 25 de abril), docilidad ante Dios para después asegurarles que en su nuevo destino rezará "para que no se meta el demonio entre vosotros; esa será mi súplica constante". Reig Plà pidió a todos los sacerdotes que fueran fuertes para mantenerse unidos "para mantener la comunión y la unidad del presbiterio". Además, les pidió el mismo amor y apoyo que le han dado a él estos años para su sucesor. Sus palabras acabaron con un aplauso de varios minutos de todos los presentes y la misma escena volvió a repetirse casi al final de la celebración, cuando los sacerdotes regalaron un hermoso cáliz al obispo. Agradecido y emocionado, Reig Plà aseguró que allá donde vaya, cada vez que celebre una eucaristía con ese cáliz se unirá a Murcia.
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