Los alumnos vascos de Bachiller que den Religión tendrán más horas de clase

Los institutos o colegios concertados podrán colocar la asignatura como mejor encaje. Si ponen la clase al principio o final de la jornada lectiva, los estudiantes que no den la materia tendrán la oportunidad de salir una hora antes o entrar una después. Si Religión queda entre otras clases, el centro deberá buscar la forma de ocupar a esos alumnos, mientras el resto acude a las aulas. Los colegios podrán dedicar esas horas a alguna actividad.
Educación ha tomado esta decisión después de un debate interno en la comunidad escolar. Tanto las asociaciones de padres de alumnos de la escuela pública, EHIGE, como las de directores de centros de Secundaria, BIHE, y colectivos de docentes han defendido ante el Departamento de Educación que la Religión tiene que ser voluntaria, y que debería impartirse fuera del horario lectivo, más aún en las etapas postobligatorias. «Hay que dejar claro que todos los alumnos de Bachillerato que quieran recibir Religión se les va a dar esta materia sin problema alguno», aclararon fuentes de la agrupación de directores de Secundaria.
La LOE establece que la asignatura es optativa para el alumno pero de obligada oferta para los centros. Deja en manos de las comunidades autónomas la decisión de si ofrecen una materia alternativa obligatoria o no. «La mayoría de las comunidades han decidido suprimir la alternativa a la Religión», añaden desde BIHE. La Iglesia Católica ha exigido siempre que se implante esa asignatura alternativa, ya que considera que, en caso contrario, se condena a la Religión a desaparecer. Argumentan que un escolar decidirá siempre dar menos clases o irse a casa antes si le dan la oportunidad.
«Preocupación»
El decreto de Bachillerato elaborado por Educación recoge los cambios que introduce la LOE para esa etapa previa a los estudios universitarios. La consejería no ha aprobado aún la normativa, a pesar de que debe entrar en vigor el próximo curso. El Departamento que dirige Tontxu Campos envió el pasado viernes una circular a los centros con instrucciones sobre los cambios adoptados, ya que el plazo de matrícula era inminente: entre el 5 y el 9 de mayo.
Las equipos directivos de los institutos han mostrado su preocupación por el retraso en ultimar una normativa que recoge desde las nuevas modalidades de bachilleratos hasta las horas que se imparten por asignatura. El sindicato CC OO denunció ayer mismo «la falta de previsión del departamento» y su «incapacidad gestora», que ha abocado a los centros a una «difícil situación». «Las direcciones no han podido planificar el próximo curso ni informar a los padres de los cambios que se van a producir», destacan desde la central. Censuran, además, la «incoherencia» de la consejería, que «en el borrador de decreto de Bachillerato fija el euskera como lengua principal» -un documento que se ha escondido a los sindicatos, dicen- y, sin embargo, «oferta los modelos A y D».