"Me impactó descubrir sacerdotes que lucharon con los republicanos"

Cuenta El Diario del Alto Aragón que la historiadora Luisa Marco plantea en "Sangre de cruzada: el catolicismo oscense frente a la Guerra Civil", el modo en que la contienda afectó a la religión y a la Iglesia. Entre las cuestiones que más le llamaron la atención, destaca el hecho de "durante toda la dictadura no se habla de guerra civil sino de una cruzada, un concepto religioso medieval". La investigadora oscense presentó ayer el libro en el Instituto de Estudios Altoaragoneses junto a Irene Abad, directora de publicaciones del centro, y firmó ejemplares en la Feria del Libro de Huesca.

Un punto importante del estudio es el uso del catolicismo para legitimar un golpe que nació sin connotaciones religiosas. "Se dijo que los santos salieron a filas, y a través de ellos se consiguió hacer llegar la ideología del bando nacional mucho más fácilmente a la gente. Es más fácil recordar la virtud de San Lorenzo al ser mártir, que mandar a alguien directamente a morir", apuntó como ejemplo.

Frente a la ruptura ideológica de los fascismos en Italia y Alemania, en España el régimen tuvo carácter de continuidad. "Entronca con la religión católica, por lo que no significa un aprendizaje nuevo, sino una reformulación de una religión que siempre ha estado muy presente en la identidad del pueblo español".

El catolicismo se usó pues como elemento legitimador, pero Luisa Marco matiza que "en cierto modo también el otro mando plantea una religión de combate. La exaltación de la libertad y de la democracia son también argumentos fuertes para que la gente vaya a morir. Para entregar la vida es necesario un ideal superior que valga la pena, y en todas las guerras se produce algún tipo de producción de religión".

El libro es el resultado de un trabajo para obtener el Diploma de Estudios Avanzados y ha sido publicado por el IEA. En la investigación ha recurrido a varias fuentes, sobre todo al Archivo Episcopal de Huesca. "Tuve mucha suerte, porque a veces los archivos de la Iglesia son difíciles y éste está muy ordenado, tiene buenos profesionales al frente y la voluntad de facilitarle el trabajo al investigador, algo que no siempre ocurre", lamenta.

El libro habla de anticlericalismo en zonas republicanas, investiga las causas y da cifras definitivas de fallecidos. "Siempre ha habido un baile de números, y quería dar cifras definitivas de un tema controvertido". Sabedora de que se trata de recuerdos que todavía provocan dolor, ha querido ser respetuosa al máximo. "Intentas siempre dañar el mínimo de sensibilidades posible, pero es un tema que, increíblemente hace setenta años que sucedió, y está muy presente en los medios de comunicación y sigue estando muy candente. No deja de ser una paradoja porque setenta años son mucho tiempo, pero sigue siendo un tema difícil de abordar".

Con este trabajo Luisa Marco ha descubierto cuestiones que nunca se había planteado. "Por ejemplo, las divisiones internas que había entre los sacerdotes. Los que habían ido al frente echaban en cara a los que no que se habían quedado en retaguardia. Los que se quedaron en Huesca echaban en cara a los que se habían ido a Zaragoza que habían huido. Me rompió la idea de unión, y vi las divisiones internas. Sobre todo, me impactó muchísimo descubrir sacerdotes que habían luchado en el bando republicano, como ellos decían, sacerdotes antifascistas".

Lejos de una posición única, su investigación reveló gran diversidad de actitudes. El campo es tan extenso que los sacerdotes que lucharon en el bando republicano es el tema de la tesis que ya prepara la investigadora oscense.
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