El obispo de Segovia está dispuesto a ceder gratis el palacio episcopal para frenar su ruina

Cuenta Carlos Álvaro en El Norte de Castilla que la de ayer fue una llamada desesperada. El palacio episcopal busca dueño, y el obispo está dispuesto a cederlo, incluso de manera gratuita, con tal de que el inmueble, actualmente deshabitado, acabe viniéndose abajo. Ángel Rubio expresó ayer públicamente su «preocupación» y «desasosiego» por la incertidumbre que rodea el futuro de la antigua residencia del obispo de Segovia, porque «han venido muchas personas a verlo, lo han recorrido, lo han medido... y nada. Hasta ahora, no hemos obtenido respuesta».

La crisis económica pudiera ser el motivo de la falta de interesados, pero el deterioro del inmueble avanza a pasos agigantados, «y no queremos que se acabe viniendo abajo, porque ya empieza a haber goteras, aunque el edificio, en cuanto a construcción, se encuentra en muy buen estado», dijo el obispo.

Rubio, que compareció para presentar una nueva edición de las Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia, que se celebrarán en Segovia la próxima semana, se mostró partidario de facilitar al máximo la venta o cesión del palacio con tal de que la ruina no avance y se consiga una conservación como el inmueble de estilo plateresco merece. Y puso el ejemplo de lo ocurrido con el convento de los Padres Franciscanos, cerrado durante dos años y ahora habitado por unos frailes a los que la Diócesis no cobra un euro. «¿Qué hacemos con este edificio tan emblemático que tiene Segovia? -se preguntó-. No tenemos las ayudas ni los dineros necesarios para hacer allí un gran museo, un gran restaurante, unos salones de convenciones, por ejemplo. Ojalá hubiera empresarios que quisieran hacerlo. Yo se lo facilitaría como he hecho en el caso del convento de los Franciscanos. Los frailes están ahí a cambio de nada. No me atrevo a decir que haría algo parecido con el palacio episcopal, pero antes de que se caiga...».

Y continuó: «No estoy dispuesto a quedarme quieto. Estaría dispuesto a que, en lugar de ser una fuente de ingresos para la Diócesis... Al menos, que lo mantengan, que lo conserven, que no se derrumbe. Hasta ahí llegaría». Más claro, el agua.

El prelado se refirió con cierta amargura e ironía al caso omiso que la Junta de Castilla y León hizo del acuerdo que en su día firmó con el Obispado para convertir el palacio episcopal en un gran Museo de Ingeniería Romana: «Es una lástima -subrayó Rubio- que no se pudiera llevar a cabo lo que en principio se firmó, se anunció, se televisó. Vino la consejera, estuvo el anterior obispo... Las fotografías, la televisión... En el salón del trono lo rubricaron... Pero, nada, como si no se hubiera firmado, como si no se hubiera hecho nada de nada. Y nadie, hasta ahora, ha dicho una sola palabra».

Después de aquella ruptura unilateral del convenio, la Junta ofreció al obispo instalar en el inmueble el Museo de la Fotografía que la entonces consejera de Cultura, Silvia Clemente, prometió a los segovianos en el año 2007. Esto era algo que no había trascendido a la luz pública, pero el prelado se atrevió ayer a desvelarlo: «Nos ofrecieron una alternativa que yo no quise aceptar porque entendí que no era oportuno que el palacio se destinara a lo que ellos proponían. Era un museo fotográfico, pero la experiencia que la Iglesia ha tenido con estos proyectos nos aconsejó rechazarlo, porque las obras fotográficas que estos museos suelen contener pueden herir la sensibilidad de muchas gentes y, claro, no podíamos correr un riesgo así. No es que nos ofrecieran este tipo de fotografías, concretamente, pero vimos que podía correrse ese riesgo. Hice mis consultas pertinentes y decidí rechazarlo», manifestó.

Ángel Rubio reconoció que lo que más le hubiera gustado es que el palacio episcopal hubiera sido la sede definitiva de Las Edades del Hombre: «Tenía esa ilusión, pero finalmente Zamora ha sido la elegida. Hubo conversaciones, gestiones y pensé que llegaría, pero las circunstancias han determinado que sea Zamora. Era mi ilusión, pero... Es verdad que la crisis ha paralizado las actividad en la construcción, pero ¿que quieren hacer una gran cafetería, un salón de convenciones? Me parece bien».

Aunque en algún momento pudo parecerlo, el obispo aseguró que no está enfadado con la Junta de Castilla y León por la ruptura del compromiso inicial. «No, no, no, para nada estoy enfadado. Enfadado, no; ni siquiera molesto. Pero sí preocupado. Estoy verdaderamente preocupado por el futuro del palacio episcopal. Igual que lo estoy con la falta de vocaciones sacerdotales. Desde que estoy en Segovia, mis dos principales preocupaciones son la falta de sacerdotes y la conservación del patrimonio cultural de la Iglesia. En ello centro mis esfuerzos».

Por supuesto, la Iglesia estaría dispuesta a escuchar y hablar con la Junta de Castilla y León si ésta se descolgara con una oferta concreta: «Con la Junta ya hemos dialogado, por lo que estamos en lo legal si el Obispado hace gestiones para ofrecérselo a otra empresa, a otra entidad. O que la Junta haga una oferta, que haga una oferta», remachó el prelado.

El palacio episcopal fue construido en el siglo XVIII, posee 4.200 metros cuadrados de superficie y alberga el Museo Diocesano desde 1995. El Obispado pone como condición que el futuro uso sea compatible con la permanencia de este museo en el inmueble. El archivo será trasladado en breve al Seminario. Actualmente, no existe actividad alguna en su interior.
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