La Cope y los obispos

Aunque solo sea por el parecido físico que con Vidal algunos me achacan he de reconocer que, sin desmerecer al otro, me encuentro mas cercano a su estilo y su humor y que aprendo mucho mas escuchando la Linterna que con Federico. Pero dicho esto, ante la protesta de los obispos catalanes que se sienten maltratados por Don Federico y sus contertulios, habría algo mas que matizar.
La Conferencia Episcopal es la accionista mayoritaria de la Cadena COPE pero no es la única propietaria y es innegable que ha levantado cabeza con sus grandes fichajes: Federico por la mañana, Cristina por la tarde y Cesar Vidal al caer el día. Prescindir de ellos sin tener asegurado un recambio que garantizara, al menos, unos resultados parecidos sería empresarialmente un suicidio.
Y hablo de empresa porque los medios de comunicación no son ninguna ONG ni, aunque algunos no parezcan entenderlo, ningún Movimiento Apostólico. La COPE, como cualquier otro medio de comunicación, es ante todo una empresa del ramo y nos guste o no, como tal debe de funcionar.
Es evidente, por otro lado, que en Las Mañanas de la COPE no se andan con miramientos a la hora de comentar sobre la política de Zapatero o sobre el mismísimo rey de España y esto es algo que entra dentro de la responsabilidad no solo del conductor del programa sino de la dirección de la propia cadena.
Pero la Iglesia también debe de plantearse, dentro del panorama mediático, quien o qué empresa de comunicación saldría en su defensa si no fuese la COPE. Y cuando digo defensa es que está a la orden del día la crítica a la Iglesia, a su legítima defensa de los valores cristianos y a la crítica, también legítima, ante algunas iniciativas legislativas del gobierno.
Lo de que haya cristianos, activos miembros de la Iglesia, presentes en los medios de comunicación como en cualquier otra actividad es algo muy loable y necesario dentro de la tarea evangelizadora de la Iglesia pero en los tiempos que corren, cualquier institución que no tiene o controla algún medio de comunicación está sometida a la ideología imperante o a la moda cultural que toque.
Y que los obispos catalanes no se olviden de que así como son muy libres de dar su “bendición” al estatut de Cataluña, y a lo mejor tienen razón, otros son muy libres de pensar y decir que se equivocan y, a lo mejor, la razón está de su parte.Julio Asterio Fernández.