¿A la Iglesia española no le interesa "La Roja"?

A la Iglesia española, mejor dicho, a sus eclesiásticos, parece no interesarle "La Roja" y su pase a la final. A la Iglesia, sí, no en vano se define a sí misma como "experta en humanidad". Y la humanidad española lleva un mes pendiente de la selección y con el alma en vilo por ella. Muchos eclesiásticos también. A los curas les encanta el fútbol. Es uno de sus escasas válvulas de escape. Y, a la mayoría de los obispos, también. Y sin embargo ni un sólo obispo la mencionó. Y se cuentan con los dedos de la mano los sacerdotes que, en la homilía del domingo, han hecho referencia al acontecimiento. Aunque sólo fuese de pasada. Casos como el de la parroquia roja de Entrevías son los menos. Y no lo hacen por ese falso prurito de no mezclar las cosas de Dios y las de los hombres.

Hace días, el cura Aradillas en su blog de RD, daba la voz de alarma e, incluso, ofrecía algunas ideas para preparar la homilía basada en un hecho de vida tan señero como la final de un Mundial con España, por vez primera en su historia, como uno de los finalistas. El sí lo hizo, pero la verdad es que tuvo poocos imitadores en las misas dominicales.

Como si estuviese mal hablar de la vida. Como si hubiese que dar la impresión de que los cristianos somos de otra pasta. Angelismo puro y duro de la más rancia estopa. Cuando, como todo el mundo sabe, las penas y las alegrías de la gente forman parte del núcleo de la fe. La evangelización no discurre por un camino paralelo a la vida, sino que se confunde con ella.

Nuestros obispos hablan de todo lo divino y lo humano en sus pastorales semanales. Ni uno sólo, que yo sepa, ha dedicado unas líneas a glosar la hazaña histórica de nuestra selección. Alejados de la vida, alejados de la gente, encerrados en sus palacios, con miedo a mezclarse con sus ovejas...En Sudáfrica, en cambio, los obispos aprovecharon el evento para lanzar un plan catequético especial. Y el cardenal Napier no tuvo empacho en dejarse fotografiar con la vuvuzela.

Y si ganamos la Copa del Mundo, ¿también darán la callada por respuesta? Ni uno sólo se atreverá a alegrarse públicamente con España entera. Y después se quejan de que la gente no les quiere...¡Ojalá alguno al menos se atreva a sumarse a la alegría del pueblo llano y fiel! Y si no, se retratarán de nuevo.

José Manuel Vidal
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