Miente el Gobierno y ZP lo sabe

Trata de que nos creamos que, a partir de 2007, la Iglesia católica se financiará con el dinero que quieran darle sus feligreses. Y eso no sólo es completamente falso, sino que lo es, además, por partida doble.
En primer lugar, porque los católicos que quieran contribuir a los gastos eclesiales no van a pagar ni un céntimo más que el resto de los ciudadanos.
En lo que a la declaración de la renta se refiere, ellos se limitarán a mostrar su deseo de que pague el Estado. A partir de lo cual, será la Hacienda pública la que detraerá una parte (el 0,7%) de lo que ellos hayan pagado en concepto de IRPF para dárselo a la Conferencia Episcopal.
Como ese dinero será restado de los ingresos totales del erario, los perjudicados seremos todos, incluidos quienes alienten otras creencias religiosas y los que carecemos de ese registro anímico concreto. Los católicos no darán ni un euro que no estuvieran obligados por ley a pagar, como todo quisqui. La financiación de su Iglesia les seguirá saliendo gratis.
Javier Ortiz (El Mundo)