El Nuncio se ha quedado sin banquillo

Tanto dolce far niente lleva a estos resultados. Que sólo le ocurren a los malos entrenadores. A aquellos que no piensan en el mañana. El Nuncio tiene al menos nueve plazas que cubrir a breve plazo. Seis ya absolutamente caducadas. Cuenca y Segorbe-Castellón sin obispo; Canarias, Pamplona y Orihuela-Alicante con sus obispos pasados de fecha; Huelva a punto de pasarse y con el obispo imposibilitado; y Valencia, Málaga y Segovia ya en el límite de la sustitución. Vamos, a punto de caducar. Y con el único auxiliar de Barcelona más chuchurrío que Sara Montiel.

¿Cuáles son los reservas del Nuncio? Pues como para decir: averígüelo Vargas. Hay una docena de obispos con los que ya no se puede contar porque están ya mucho más “p’allá que p’acá”. En el 2007 se irán Gómez (Lugo), Soler (Gerona) y Echenagusía (auxiliar de Bilbao). En el 2008, Uriarte (San Sebastián) y García Santacruz (Guadix). En el 2009, Diéguez (Tuy-Vigo), Amigo (Sevilla) Traserra (Solsona) y Sánchez (Sigüenza-Guadalajara). En el 2010, Ceballos (Cádiz) y Borobia (auxiliar de Toledo). En el 2011, Rouco y Palmero (Palencia). Y en el 2012 Martínez Sistach (Barcelona).

El cardenal Rouco no tiene promoción posible. Está en la cumbre salvo alguna llamada, en mi opinión no probable, de Roma. Tampoco se ve promoción a Sistach. Aunque, después de bendecir un Estatut, con eutanasia, enseñanza laica obligatoria y alguna otra cosa que debió encantar en el Vaticano, tal vez le bendigan no haciéndole cardenal. Sería una maravillosa noticia.

Por lo menos creo que nos ahorraría una de las sonrisas más estólidas de nuestro actual episcopado. Los demás, absolutamente amortizados. Se ha hablado últimamente de que monseñor Palmero podría ir a Orihuela-Alicante. Tendría que ser ya mismo. Pues le quedan seis años de vida activa episcopal. Y aquello que se dijo de que Sánchez iba a ir a Zaragoza pues, lo que me suponía, rumor made in Sánchez.

En la hornada siguiente tampoco hay posibilidades de relevo. Cierto que se habla del traslado de monseñor Piris (Menorca), a Segorbe-Castellón, pero teniendo el menorquín sesenta y seis años o le nombran inmediatamente o se le ha pasado el arroz. Y, en su caso, nunca mejor dicho. Tienen su misma edad el de Barbastro-Monzón, recién nombrado, Milián, a quien cualquier cosa le vendría grande y el de Vitoria, Asurmendi, a quien todo le viene grande.

Tampoco el auxiliar de Toledo, Rubio, a quien acaban de nombrar, parece que vaya a salir de la archidiócesis primada. Hay seis obispos con sesenta y cinco años que podrían dar aun cierto juego. Pero que no lo dan.. Gil Hellín, García Aracil, Algora y del Hoyo son de nombramiento muy reciente en Burgos, Mérida-Badajoz, Ciudad Real y Jaén. Y todo hace suponer que serán sus diócesis definitivas. Y en Ciuraneta y en Lorenzo nadie va a pensar para nada.

Tres obispos tienen sesenta y tres años: Blázquez (Bilbao), García Burillo (Avila) y López Andujar (Getafe). Los dos últimos de nombramiento reciente seguramente se retirarán en sus diócesis, donde, además, están desempeñando un buen papel. Blázquez es la gran duda. Yo creo que en el Vaticano no han visto con agrado su jugada de descabalgar a Rouco de su tercer mandato. Que, además, al colocarle en el punto de mira de tantas escopetas ha puesto de relieve sus notables carencias. Alguna tan llamativa como la de la escasa virilidad de su voz. Ciertamente algo, no demasiado, mejorada, supongo que con horas de logopeda. No le dieron Zaragoza, en lo que fue un feo ostensible de Roma y como se le pase Pamplona, que es un regalo envenenado, estará clarísimo que no cuentan con él.

Don Ciriaco Benavente se ha hecho un buen nombre en Coria-Cáceres y con sesenta y dos años largos puede tener alguna opción a diócesis más importante. Tienen sesenta y un años Rodríguez Plaza (Valladolid), Jiménez Zamora (Osma-Soria), Pujol (Tarragona), Cases (Albacete), Vilaplana (Santander)y Fidel Herráez (auxiliar de Madrid). Los tres primeros son de nombramiento reciente y los dos arzobispos de promoción complicada además. Son escasas las archidiócesis y también sus cualidades. Yo diría que han alcanzado ya su nivel de incompetencia.

Cases, Vilaplana y Herráez son de los escasos obispos que el nuncio tiene en el banquillo e incluso haciendo ejercicios de calentamiento. Pero es un banquillo de segunda división. El mejor el santanderino. Aunque todo el mundo piensa que en ningún sitio lo va a hacer mejor de lo que lo está haciendo en Santander.

Con sesenta años hay un numeroso grupo de obispos pero muchos de ellos recién promovidos por lo que no sería normal volverlos a trasladar. Además, al ser arzobispos tres de ellos, complica mucho más el movimiento. No se ve, por tanto, probable que Osoro (Oviedo), Ureña (Zaragoza) y Cañizares (Toledo) sean jugadores de los que pueda disponer el entrenador. Y López Martín (León), Asenjo (Córdoba) y López Hernández (Salamanca) están prácticamente estrenando diócesis.

Siete obispos de cincuenta y nueve años pero prácticamente se repite la situación anterior. A Barrio (Santiago) no se le ve un arzobispado que le suponga ascenso pues no creemos que Valencia vaya a ser para él. Rodríguez Magro (Plasencia), Murgui (Mallorca), Omella (Calahorra-Logroño), Atilano Rodríguez (Ciudad Rodrigo) y González Montes (Almería), están recién nombrados. Apenas está disponible el auxiliar de Valencia, Escudero.

Y lo mismo vuelve a ocurrirnos con los obispos de cincuenta y ocho años. Dos arzobispos de difícil colocación y nombramiento reciente, el castrense, Pérez González y el granadino Martínez y varios obispos que acaban de estrenar diócesis: Sánchez Monge (Mondoñedo-Ferrol), Reig (Cartagena-Murcia), Quinteiro (Orense) y Cortés (Sant Feliú de Llobregat).

Apenas queda utilizable del Río (Jerez), a quien los rumores adjudican Málaga. Del año siguiente son apenas Salinas (Tortosa), obispo en mi opinión penoso pero que tal vez por ello guste al nuncio, Cesar Augusto Franco (auxiliar de Madrid) y Salvador Jiménez (auxiliar de Valencia), este último de recientísimo nombramiento. Creemos que Franco será de las primeras promociones que se produzcan.

Cinco obispos de cincuenta y seis años y también con pocas posibilidades de juego. El copríncipe de Andorra y obispo de Urgel (Vives) está encantado con el principado y no lo está haciendo mal. El de Tenerife (Alvarez Afonso) acaba de ser nombrado al igual que el de Teruel (Lorca), el auxiliar de Madrid (Romero) está enfermo, apenas queda el de Alcalá de Henares (Catalá) a quien suponemos que ascenderán enseguida.

Los que quedan, Demetrio Fernández (Tarazona), López Llorente (Zamora), Sanz Montes (Huesca y Jaca), Juan (Ibiza), Sáiz Meneses (Tarrasa), Casanova (Vich), Berzosa (auxiliar de Oviedo) y Benavent (auxiliar de Valencia), están recién nombrados y necesitan un hervor.

El nuncio está pagando su pereza en nombrar obispos. Ahora tiene partidos que jugar y se encuentra sin banquillo. Francisco José Fernández de la Cigoña.
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