Un catalán cristiano católico

Hablo de la Tarraconense con el corazón pero, la realidad se impone, sé que tengo que hablar de la Conferència Episcopal Española.
Las circunstancias de la vida me ha llevado a tener que pasar muchas horas en el trabajo para poder sacar a flote un proyecto laboral junto con mis compañeros. A eso se debe que no pueda seguir el Rezo de las Horas, como seria mi ilusión, pero, como mi trabajo es basicamente manual, dispongo de muchas horas para orar. Y como hay Dios que rezo! Pido y pregunto a nuestro Padre del Cielo el por qué de todo esto.
En estos útimos años, mucho, y en los últimos meses mucho más, el testimonio de nuestros más altos pastores, tanto en sus propias actuaciones como en actuaciones ajenas pero consentidas de sus medios de comunicación, me han llenado el alma de una profunda tristeza y me han arrebatado la paz de mi espíritu.
Enojado porqué, encima, tenia que sufragar una parte de todo esto con horas de no vivir, he empezado (muy a mi pesar) a no poner la crucecita donde antes sí la ponía. Aún así la esquizofrenia entre las palabras del Maestro y el testimonio de los alumnos continuaba existiendo. Hasta tal punto que ya no sabia si era yo quien debia dejar la Escuela o eran los maestros los que, de hecho, habian abandonado el proyecto educativo.
El sábado 29 de Octubre del 2005, al atardecer, en la intimidad de nuestra pequeña iglesia doméstica, la mujer de la cual soy esposo, mi esposa, leía, como suele hacerlo, en voz alta las lecturas de la misa dominical (XXXI del tiempo ordinario. Ciclo A).
En aquellos momentos, escuchando la lectura de la profecía de Malaquías (2,2b.8-10), sentí muy dentro cuan cierto es que Dios no abandona nunca a quienes le aman y tienen en El su esperanza.
Y a fé que continuaré orando, pidiendo y preguntando a nuestro Padre del Cielo el porqué de todo esto. Pero lo podré hacer con una sonrisa en los labios y el corazón un poco más lleno de esperanza.
Pere Camprubí, de la Comunitat del Carme de Manresa.
Manresa, 30 d’octubre del 2005.
P.D. Mi padre, que en paz descanse, decía que en el año 36 los cristianos catalanes sufrieron por ser cristianos y que en el año 39 los catalanes cristianos tuvieron que padecer por ser catalanes.