Cuidado con la vanagloria

Que Dios le bendiga por todo, y no se vea su mérito disminuido por la vana gloria absurda. Fomente la compunción de corazón; verá qué paz tendrá en el alma y cómo le vendrá bien para amar a sus sacerdotes que son débiles como usted y como yo.
Que Dios nos dé fuerza para "vivir no para nosotros mismos, sino para Aquél que murió y resucitó por nosotros": Cristo nos eligió para que demos fruto.



Si el sacerdote no está poseído de un ardiente deseo de conquistar almas, y solamente se preocupa de sus negocios personales, anda muy equivocado. La única razón de nuestra existencia es elevar a los hombres para darles a Jesucristo
Que en la Pascua le colme el Señor de tu bendición para que siga influyendo en sus diocesanos y en cuantos de usted han recibido tanto bien
José María Lorenzo Amelibia

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