Dios Uno y Trino habita en nosotros
Espiritualidad
| José María Lorenzo Amelibia
Dios Uno y Trino habita en nosotros
Dios Uno y Trino habita en nosotros con una presencia mayor que la que el templo o el sagrario tienen. Al fin y al cabo, nosotros somos templos vivos. Dios nos comunica su vida divina cuando está con nosotros; permaneciendo en gracia recibimos continuamente esa vida sobrenatural.
Todo esto lo hemos explicado muchas veces a los demás; nos lo hemos explicado también a nosotros mismos. Unas temporadas lo hemos vivido; en otras épocas nos ha tenido sin cuidado. La realidad es realidad la contemplemos o no. Por mucho que lo olvidemos existe. La pena que, si no lo consideramos con frecuencia en la oración, tiene poca eficacia en nuestro actuar, y carecemos de una de las mayores fuentes de felicidad humano - cristiana.
Una de las personas que más me impresionan es sor Isabel de la Trinidad, cuando explica sus vivencias de la inhabitación de Dios en ella. Interesa mucho servirnos de algún ejemplo o testimonio para vivir estas realidades.
La tibieza, los pecados veniales, disminuyen el fervor de la caridad y de las virtudes infusas. Hay que romper de algún modo el círculo vicioso. Hay que remover obstáculos. Por otra parte, si nos vienen tentaciones contra la fe, lo peor que podemos hacer el "pasar"; es decir: ni afirmo, ni niego, ni dudo. Paso de momento de la oración y de tomármelo todo a pecho. Creo, pero por si acaso, me lo voy a pasar bien. Opino que, sin formularlo así, nos ha podido ocurrir esto alguna vez.
Vamos a vigilar y a volver una y otra vez a los mejores días de nuestra primera conversión. Regresar a Betania. Quédate Jesús con nosotros. Las personas que viven a tope su fe experimentan en lo más profundo de su alma la presencia de la Santísima Trinidad. Notan cómo obra en ellas. Basta con leer detenidamente a Sor Isabel.
Es tan fuerte la experiencia que a ratos parece que se palpa de tal manera como si no hiciera falta la fe. Notan vivamente la presencia de Dios en ellas. La gracia santificante nos hace que disfrutemos algunas veces de esta dulce presencia divina. Dios mismo, Uno y Trino, se constituye en objeto de una experiencia inenarrable. Las divinas personas se nos entregan para que gocemos de ellas. Entonces se puede comprender que no existe mayor gozo en este mundo. Pero no hay que ir a buscar estas experiencias. Si Dios las manda, mejor; caminaremos con alas por los senderos de Dios. Pero no exigir nada, no pedir nada. Que se cumpla en nosotros la voluntad de Dios.
Al vivir en gracia ya podemos tener la experiencia mística. Si no tenemos esta experiencia nunca, es que no nos hemos separado de muchos apegos inútiles. Estamos ligados a las cosas materiales y hay que desligarse.
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia. Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2