LA TENTACIÓN ES PRUEBA DURA

He leído una obra menor sobre el cura de Ars. No tiene ni comparación con la clásica de Trochu, anteriormente leída. Pero he sacado algunas nuevas enseñanzas desconocidas. Algo así como la catequesis sobre la oración, que ya conoces. Es sobre la tentación.


Afirma el santo sacerdote que los más tentados no son los pecadores, alejados, relajados y tibios, sino los más fervorosos. Los que renuncian a todo lo que en la tierra se busca con tanto empeño. Y dice que a éstos no les tienta tan sólo un demonio, sino que en bandadas se les tiran millones de ellos. Seguro que San Juan María recordaría las tremendas luchas que él mismo sostuvo con el maligno, al que llamaba "Garras".
Luego enumera la primera tentación: el respeto humano. ¡Y qué razón tiene!

Cuánta vergüenza da mostrarnos tal cual somos ante personas que nos han conocido en nuestras grandes épocas de tibieza y nos conocen en nuestros grandes defectos.
A ver si tú y yo luchamos contra nuestras tentaciones del demonio. Merece la pena ir progresando en la virtud y no ocultar lo bueno debajo de un celemín. Cuando los años pasan nuestras tentaciones se suelen volver más sutiles, no son tan directas. Consisten en privarnos del amor total a Dios, en el apego a cosas que nos cuesta dejar. Y ha de llegar un momento en que les plantemos cara. Entonces aparece la inquietud, que no es precisamente un escrúpulo, pues nos encontramos con gran paz. Si continuamos meses y meses sin desprendernos de esos apegos, la vida interior se vuelve más insípida, atrae menos.
Me parece que la única solución es acudir a Dios en profunda humildad. Sin su ayuda no podemos principiar, ni continuar, ni concluir cosa conducente para la vida eterna, como nos decía el catecismo.


José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: jmla@jet.es
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia
Ver página web: http://web.jet.es/mistica
Volver arriba